CONSTANTINO I el Grande (César de Occidente 306-307) (Augusto de Occidente 307-337)

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Constantino I el Grande, fue Emperador de los romanos desde su proclamación por sus tropas el 25 de julio de 306, y gobernó un Imperio romano en constante crecimiento hasta su muerte.

Batalla junto al Puente Milvio entre CONSTANTINO I el Grande y su cuñado y rival MAJENCIO.


Batalla junto al Puente Milvio (sobre el río Tiber, al norte de Roma) entre CONSTANTINO I el Grande y su cuñado y rival MAJENCIO. CONSTANTINO, cuando está marchando hacia el Puente Milvio donde le esperan las tropas de MAJENCIO, tiene una visión. Ve aparecer un cruz refulgente en el cielo, al mismo tiempo que oye una voz que dice: “In hoc signo vinces” (“Con este signo vencerás”). A CONSTANTINO, se le ha aparecido Cristo la noche anterior mientras dormía, indicándole que si colocaba la cruz en los estandartes, la victoria sobre Majencio era segura. Esta cruz se le aparece semejante a las dos primeras letras de la palabra CRISTO, en griego, la (chi) (X) y la ro (P), que, combinadas, forman una especie de cruz. A CONSTANTINO le falta tiempo para ordenar a los soldados de su ejército que pinten o graben ese signo en el yelmo y en el escudo.

La batalla del puente Milvio termina con la victoria de CONSTANTINO “por inspiración divina”.


La batalla junto al puente Milvio termina con la victoria de CONSTANTINO. Los hombres de MAJENCIO huyen, y el puente, bajo su peso, se hunde. MAJENCIO muere ahogado en el Tíber. En el Arco de Constantino erigido en Roma por el propio CONSTANTINO para conmnemorar esta victoria se lee que el triunfo se obtuvo “por inspiración divina”.

CONSTANTINO, en al fecha, entra triunfante en Roma. El Senado aclama al vencedor como salvador.


CONSTANTINO, en la fecha, entra triunfante en Roma. El Senado aclama al vencedor como salvador del pueblo romano y le titula primus augustus. CONSTANTINO considera que el Dios cristiano le ha proporcionado la victoria, por lo que abandona sus anteriores creencias paganas. En efecto, los romanos, asombrados, comprueban que no acude al templo de Júpiter Capitolino, para dar gracias por su triunfo. Los cristianos se ponen de su lado, y su auge ya se hace imparable.

El Imperio Romano queda dividido, por la fuerza de los hechos, en dos partes: el Occidente y el Oriente.


El Imperio Romano queda dividido, por la fuerza de los hechos, en dos partes: el Occidente, que gobernará el mismo CONSTANTINO, y el de Oriente, momentáneamente, bajo el mando de MAXIMINO. CONSTANTINO continuará utilizando las tribus germánicas que se muestran dispuestas a aceptar la romanización, y las atrae al ejército, el cual cada vez,se va volviendo menos romano y más germano. Con el tiempo, esa política dará frutos indeseados.

Ver mapa del imperio romano en el siglo IV dC

Esta pieza también aparece en ... MAXIMINO DAIA (César) (308-313) • ROMA (IMPERIO) (27 aC - 395 dC)

LICINIO, hijo de Maximiano, se casa con Constanza, hermana de CONSTANTINO y se alía con éste.


LICINIO, hijo de Maximiano, se casa con Constanza, hermana de CONSTANTINO y se alía con éste. Dados los temperamentos de ambos cuñados, las fricciones serán insalvables. Por otra parte, MAXIMIANO hasta el momento ha apoyado siempre a su propio hijo MAJENCIO, pero habiéndose enemistado con él se une momentáneamente a CONSTANTINO.

CONSTANTINO y LICINIO proclaman el célebre “Edicto de Milán” o “Tolerancia del cristianismo”.


CONSTANTINO y LICINIO, proclaman el célebre “Edicto de Milán”. Con él deja de ser la religión pagana de Roma la única y oficial del imperio, dándose libertad para que cada uno siga la religión que más le plazca incluida la cristiana. Aunque los cristianos habían podido practicar su religión públicamente desde la retirada de Diocleciano, el Edicto indicaba y simbolizaba el comienzo de una nueva era para la Iglesia y para su status en la sociedad romana. Se revocan todos los anteriores decretos anticristianos y deberán devolverse los lugares del culto cristiano y otras propiedades confiscadas. Los acontecimientos que llevan al “Edicto de Milán” son complejos y en ciertos aspectos misteriosos. Los apologistas cristianos contemporáneos y los que seguirán lo presentarán como la consecuencia de la conversión del propio CONSTANTINO, promovida a su vez por la milagrosa intervención de Dios antes de la batalla del Puente Milvio, en que CONSTANTINO derrota al usurpador Majencio. Ésta es la versión que al propio CONSTANTINO le gustará contar en un período posterior de su vida.

El “donatismo” y los donatistas condenados por el Concilio de Letrán de 313.


Al fallecer en breve el obispo Mayorino de Cartago, la sucesión recae sobre DONATO que elabora el “donatismo”. Pero DONATO y los donatistas o seguidores de dicho cisma, son condenados por el Concilio celebrado, en la fecha, en el palacio de Letrán (Roma) y promovido por CONSTANTINO. Si esta doctrina -el donatismo- prosperara, el cristianismo quedaría reducido a una secta de unos cuantos “puros” y nadie podría estar seguro de poder asistir al santo Sacrificio de la Misa y de recibir la Sagrada Comunión.

La Iglesia establece sus demarcaciones territoriales, según la última división administrativa imperial.


La Iglesia establece sus demarcaciones territoriales, según la última división administrativa imperial. Las grandes sedes episcopales serán desde el principio Alejandría, Antioquía y Roma. (Luego se añadirá Constantinopla). Todas ellas salvo Constantinopla, exhiben su origen apostólico como raíz de la preeminencia que exigen. No cabe duda de que en alguna medida la rivalidad entre las grandes sedes se mezclará en estos siglos con las disputas teológicas, siendo a veces muy difícil distinguir cuáles son los profundos motivos de enfrentamiento que se vivirán en los sínodos regionales y en los concilios. Poco a poco se va fijando también la doctrina del lugar especial que ocupan en la Iglesia la diócesis de Roma y su obispo como cabeza visible del episcopado universal, es decir, se va definiendo la doctrina sobre el primado pontificio. El obispo de Roma no asiste personalmente a los primeros concilios, pero envía a su legados y exige que sean escuchados y tenidas en cuenta sus opiniones como opinión del obispo de Roma.

La discusión entre Cecilio y Donato se extiende por toda el África romana.


La discusión entre Cecilio y DONATO ambos contrincantes para ocupar la sede de Cartago, se extiende por toda el África romana. En muchas ciudades se oponen dos obispos rivales. Los donatistas, ya en oposición directa con el emperador, se hacen intérpretes de sentimientos populares y de aspiraciones sociales contrarias a la autoridad constituida. En su afán de arrollarlo todo echan mano de ciertas bandas de ascéticos fanáticos, llamados “circumceliones” (que van de casa en casa), les inyectan su propio fanatismo y les incitan a realizar actos de agitación y violencia, seduciendo y amedrentando a los fieles. (Estas bandas sobrevivirán hasta el siglo V). CONSTANTINO hará que sus tropas desalojen a los donatistas de las iglesias que ocupan. Pero como la paz no llega, el emperador concederá la libertad de culto a todos y dará dinero sólo a los católicos para reconstruir otras iglesias.