ARRIO está a punto de ser reconciliado solemnemente por el obispo de Constantinopla -que ha sido presionado a este fin por CONSTANTINO-, cuando en el curso de una marcha triunfal, justo el día anterior a la ceremonia, ARRIO se siente preso de unos retortijones intestinales, por ello se aparta de la comitiva para hacer sus necesidades naturales y allí le encuentran muerto sus seguidores. ARRIO posiblemente ha sido envenenado. Unos doscientos cincuenta años después, su doctrina habrá prácticamente desaparecido.

Fallece en Nicomedia, a la sazón capital de Bitinia (actual Izmit, Turquia), mientras prepara una campaña contra los persas, el emperador CONSTANTINO I el Grande. Es bautizado “in articulo mortis por EUSEBIO de Nicomedia, convirtiéndose en el primer emperador romano cristiano, aunque en su vida privada y pública ha estado muy lejos de realizar los ideales cristianos. Quizá los asesinatos de su esposa y de su hijo han influido en la evolución religiosa del emperador llevándolo al bautizo en el lecho de muerte, por remordimiento o reconvención de los clérigos. Por otra parte, ha hecho ejecutar a su suegro y a tres de sus cuñados. El hecho de bautizarse en el último momento no es de ningún modo desusado, pues pocos cristianos creen en un segundo perdón de los pecados: los hombres pecadores o mundanos, especialmente los que desempeñan funciones públicas consideradas incompatibles con la virtud cristiana, a menudo retrasan el bautismo hasta el último momento.