NACIMIENTO, VIDA, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO

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Los habitantes de Judea viven en una constante excitación mística ante la expectativa del Mesías.


Los habitantes de Judea (región de Palestina) viven en una constante excitación mística ante la expectativa de que aparezca un descendiente del rey David (que reinó en el país mil años antes). Ese sería el “Mesías” (“el Ungido”). Con el paso del tiempo, la imagen del Mesías prometido, se ha ido achicando en las estrechas mentes de los hombres. Lo que la inmensa mayoría de judíos espera, en este tiempo, no es ya un magnánimo Rey de reyes, un Salvador universal, sino un simple liberador nacional. Una vez se produzca su advenimiento, el Mesías logrará más o menos milagrosamente que Judea sea libre e independiente, y encabezará un despertar universal que encamine a todos los hombres al judaísmo. En un momento u otro, a muchos individuos se les ha considerado el esperado Mesías, y Judea se halla en un estado de semiinsurrección como resultado de ello. Los grupos dirigentes tratan desesperadamente de eliminar a todos los supuestos Mesías, a fin de que Roma no pierda la paciencia y aplaste el país.

En Belén, nace JESÚS el Hijo de Dios. Lo hace de una mujer virgen: MARÍA, esposa de JOSÉ.


“En múltiples ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por su Hijo…” -dice la carta de San Pablo a los Hebreos. Así, en Belén, en tiempo del emperador AUGUSTO, nace JESÚS -el Hijo de Dios, la Palabra, el Verbo, se hace hombre-. Quiere hacerlo de una mujer virgen y escoge a MARÍA, esposa de JOSÉ, el carpintero, de la estirpe de DAVID. MARÍA y JOSÉ viven en Nazaret, ciudad de Galilea, pero un censo de la población decretado por la autoridad competente (747 a.u.c. -ab urbe condita- o sea, años contados desde la fundación de Roma) les ha obligado a trasladarse a Belén de Judea para empadronarse en la ciudad de su estirpe. Entre las fechas que se han barajado para su nacimiento, el 6 aC (748 a.u.c.), es la más probable ya que JESÚS nace antes de la muerte de HERODES el Grande -¿cuánto tiempo antes?- y este morirá -como está muy comprobado en el año 750 a.u.c. o sea, el 4 aC).

Los “Reyes Magos” vienen a adorarle. Pueden haber iniciado su viaje en Hamadán, Ahwaz o Basora.


En relación al acto de adoración que JESÚS recibe de unos magos de oriente, los estudiosos del mundo antiguo creen que los “Reyes Magos” podrían haber iniciado su viaje en Hamadán, Ahwaz o Basora. Concretamente el Evangelio de Mateo será la única fuente bíblica que mencione a unos magos quienes, tras seguir una estrella, buscan al «Rey de los Judíos que ha nacido» en Jerusalén, guiándoles dicha estrella hasta Jesús nacido en Belén, y a quien ofrecen ofrendas de oro, incienso y mirra.

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El primer año de la era cristiana, el 1 dC, es el que coincide con el 753 u.c. (de la fundación de Roma). De hecho inicia en diciembre del año 1 aC.


Los cálculos del monje escita Dionisio el Exiguo, o el Menor por su baja estatura, efectuados en 532 dC, pero utilizados tardíamente en la Edad Media occidental (s. X), proponen que se fije en el 25 de diciembre del año 753 a.u.c. (año de la fundación de Roma) la fecha del nacimiento del Hijo de Dios como año 1 aC.

Esta pieza también aparece en ... CALENDARIO • ROMA (IMPERIO) (27 aC - 395 dC)

Los cronologistas han fijado el principio de nuestra era, el 1 de enero del año 1dC.


Los cronologistas han preferido fijar el principio de nuestra era, o sea, el 1 de enero del año 1dC, en el sábado 1 de enero del año 754 a.u.c. Al efectuar sus cálculos, Dionisio -en el año 355- cometerá un error, por otra parte comprensible dados los pocos medios con que contará, fijando el año del nacimiento de JESÚS, varios años después de que haya acontecido.

JESÚS, cuando “era ya de doce años” acompaña a sus padres José y María a Jerusalén en Pascua.


En esta fecha, JESÚS de Nazaret (Judea), cuando “era ya de doce años” (Lc 2;42) acompaña a sus padres JOSÉ y MARÍA a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Pero al volver, el niño JESÚS se queda en Jerusalén sin que sus padres -en principio- lo echen en falta porque creen que está en la caravana con sus parientes o amigos. Al darse cuenta de que no es así, se vuelven a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días le hallan en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. Dice el Evangelio de Lucas que “cuantos le oían quedaban estupefactos de su inteligencia y de sus respuestas”. Después de la regañina consiguiente en la que JESÚS les dice a sus padres: “¿No sabíais que es preciso que me ocupe de las cosas de mi Padre?, -pregunta que ellos no llegan a comprender-, baja con ellos a Nazaret. Su madre guardaba todo esto en su corazón. El Evangelio termina este episodio diciendo que “JESÚS crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres”.

Un predicador a quien sus seguidores atribuyen la condición de Mesías es JESÚS de Nazaret.


Durante treinta y tres años, JESÚS ha vivido con María y José, sus padres (Lc 3;23). En el año 28, JESÚS se bautiza por JUAN Bautista, en el Jordán. Con este acto, inicia su “vida pública”, a fin de dar cumplimiento según sus propias palabras, a la voluntad de su Padre. Esta “vida pública” durará unos tres años. Partiendo de Nazaret, la ciudad donde se ha desarrollado su juventud, recorrerá las ciudades y pueblos de Palestina, predicando su doctrina y haciendo milagros, para probar su divinidad. JESÚS escogerá a doce hombres a los que llamará apóstoles (enviados) y a quienes fiará perpetuar su misión. Todos ellos son toscos pescadores. Pero JESÚS los instruirá de un modo especial y los mandará alguna vez a predicar su doctrina. De este modo, Él los preparará para convertirlos en continuadores de su obra.

JESÚS constituye a uno de sus apóstoles, PEDRO, como cabeza visible de toda la Iglesia.


JESÚS distingue desde un principio al apóstol PEDRO entre todos los demás apóstoles constituyéndolo cómo primero entre ellos y como su cabeza visible, confiriéndole inmediata y personalmente el primado de jurisdicción (29-67). En efecto, cuando le encuentra por primera vez, le anuncia que cambiará su nombre de Simón por el de Cefas = roca: ‘Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú serás llamado Cefas (Jn 1,42; cf. Mc 3,16). El nombre de Cefas indica claramente el oficio para el cual le ha destinado el Señor (cf. Mt 16, 18). En todas las menciones de los apóstoles, siempre se cita en primer lugar a PEDRO. En Mt se le llama expresamente ‘el primero’ (Mt 10,2). Como, según el tiempo de la elección, Andrés precedía a PEDRO, el hecho de aparecer PEDRO en primer lugar indica su oficio de primado. Otros pasajes de los Evangelios al respecto: (Mc 5, 37), (Mt 17, 1) (Mt 26, 37) (Lc 5, 3) (Mt 17, 27) (Lc 22, 32) (Lc 24, 34; 1 Cor 15, 5) (Hech 4;7-22) (5;18-42) (9;31). Será PEDRO el primero en reconocer a JESÚS como el Hijo de Dios y como el Mesías esperado (Mc 8;29).

Jesús atrae el odio de la clase dominante, especialmente de los sacerdotes y los fariseos.


JESÚS proclama ser el Mesías, a quien los hebreos esperan desde hace tantos siglos, y es más, proclama ser Hijo de Dios, venido a redimir a los hombres. Proclama, también, que es preciso perfeccionar y renovar la ley de Moisés (el gran caudillo y legislador hebreo), viviéndola con corazón puro y santidad de intención. Esto le atrae el odio de la clase dominante, especialmente de los sacerdotes y los fariseos (un poderoso partido político y religioso, que propugna una rigurosísima observancia de la ley mosaica y las tradiciones), de quienes Él no teme desenmascarar la hipocresía.