Los habitantes de la región persa eran conquistadores indo-europeos llegados a Irán tal vez desde el segundo milenio. Inicia su reinado CIRO el Grande (558-529 aC). Nada se sabe de la historia persa antes de CIRO. Probablemente, los antiguos persas no pasaron del estado de nomadismo tribal, bajo dependencia nominal de los medos. Parece ser que fue CIRO quien lo unificó. Su fuerza descansa sobre todo en la flexibilidad de la dominación persa y la unidad moral de los conquistadores; es el tiempo en que se desarrolla el mazdeísmo de Zaratustra (Zoroastro), cuyos magos son los sacerdotes, ésta es la religión oficial; el rey, portador de un carisma que la victoria concreta, imparte justicia desde su palacio.

CIRO vence a ASTIAGES, rey de los medos (585-550 aC), tomando la capital Ecbatana y haciéndose proclamar rey de los persas y de los medos. CIRO es de la dinastía de los aqueménidas (descendientes de AQUÉMENES, personaje semilegendario que probablemente vivió a comienzos del siglo VII). Esta dinastía ocupó el trono hasta el año 330 aC, año en el que el imperio persa fue conquistado por Alejandro Magno). El nombre del “Imperio medo” quedó borrado, y en su lugar surgió el “Imperio persa”, que a veces, y para distinguirlo de otros imperios persas posteriores, se denomina “Imperio aquemenida”. Sin embargo, fue poco lo que cambió, salvo el nombre. Los medos siguieron ocupando sus provincias y viviendo más o menos como siempre. Esto explica que los griegos a menudo se refirieran a los habitantes del Imperio persa como los “medos”. Durante estos dos siglos los reyes persas tomaron el título de “Gran Rey” y “Rey de reyes”.

CRESO de Lidia -famoso por sus riquezas- advierte con alarma los progresos del persa CIRO II. Ha concluido una alianza con NABONIDO de Babilonia, y cuando esta capital cae, comprende que se verá obligado a emprender una arriesgada acción por sí mismo. Hay un relato al respecto, según el cual envía un mensajero a Delfos para consultar al oráculo qué sucederá si ataca a CIRO. El oráculo responde que si lo hace, “caerá un gran Imperio”. CRESO da por sentado que el Imperio que va a caer es el persa. Ataca y es rechazado. CIRO conduce entonces su ejército al interior de Lidia, y pese a que los lidios le superan en número, el hecho de haber llevado la iniciativa en la batalla, le vale una completa victoria. Sin embargo, el vencedor se muestra generoso y perdona la vida a CRESO, tomándole a su servicio. Lidia desaparece de la historia. El gran Imperio que cae es el del propio CRESO. Las ciudades griegas de Asia y las islas costeras, a excepción de Samos, pasarán ahora a formar parte del Imperio persa. CIRO se muestra menos tolerante con las ciudades jonias de lo que ha sido Lidia, y por ello sólo se apoya en los tiranos que rigen dichas ciudades con total sumisión a los designios persa

CIRO II el Grande, rey de los persas, conquista y se apodera de Babilonia y la añade a su imperio, junto con todas sus posesiones, las ciudades fenicias incluidas. Todo ello ocurría el 16 del mes de Tashritu (Octubre), que corresponde al mes Tisri del calendario hebreo. Los desterrados judíos siguen con pasión las andanzas de este nuevo personaje, ¿será éste el mesías, su libertador?. El más importante hecho del período es la unificación de la región bajo dominio persa. El año 37º de NABUCODONOSOR, s/la Biblia, queda fijado en el 568 aC, por los datos de una tablilla astronómica (la que hace coincidir el año 13º de Nabucodonosor con el 592 aC). (A partir de este año y siguiendo la cronología fijada por Beroso, podemos fijar el año en que inició su reinado NABUCODONOSOR (605) y desde este año fijar los años en que reinaron los reyes sucesivos hasta llegar a Nabonido (556), en cuyo año 17º (539) Ciro cae sobre Babilonia. No hay otro procedimiento histórico. (La Biblia no nos proporciona ningún dato al respecto).

Ver cómo se calcula al año exacto para la conquista de Babilonia

CIRO II el Grande, en Ecbatana, firma un edicto (Esd 1;2-4) permitiendo a los judíos regresar a su país. Les concede incluso “indemnizaciones de guerra” considerables para que puedan reconstruir su pais que quedará reducido durante muchos años a Jerusalén y su alrededores. ¿Por benevolencia natural o por sentido político? La verdad es que le interesa que la nación judía, avanzadilla de su imperio por el lado de Egipto, le sea absolutamente fiel. Sea lo que fuere, los judíos ven el fin de su pesadilla. Muchos de ellos vuelven entonces a “la tierra”. Se pueden calcular unos 50.000 los judíos que vuelven a la patria, en dos expediciones principales. En principio se agrupan alrededor de Jerusalén formando el distrito gubernamental de Yehûd.

Muere CIRO el Grande, rey de los persas.