PEDRO I de Portugal nace en el año 1.320. Limitará el poder de la nobleza y el clero apoyando las primeras Cortes, la llamada Cortes de Elva en el año 1.361 donde tendrán cabida los gobiernos de las ciudades, fomentando la construcción naval y protegiendo el comercio.

PEDRO I de Portugal se casa con Doña Constanza de Castilla, hija del infante castellano don Juan Manuel. Pero no tardará mucho en enamorarse de Inés, una de las damas de su esposa.

Del matrimonio de Pedro con Constanza de Castilla nacen tres hijos: María en el año 1.342, Luis que nace en 1.343 y que sólo vive ocho días y Fernando en el año 1.345 que si llegará a ser rey.

Fallece Constanza de Castilla tras dar a luz a su hijo Fernando. Su esposo PEDRO I de Portugal, se dispone a casarse con su amada; pero su padre se opone. Aun así, Pedro se casa en secreto con Inés, y cuando se sabe en la corte, desata la ira del rey que manda asesinarla. La reacción de Pedro no es otra que alzarse en armas contra su padre, una lucha que no cesará hasta la muerte de éste. Y, una vez que fue coronado rey, emprendió la venganza contra los asesinos de su esposa. Ordenó que los capturaran, que les sacaran el corazón en vida y que, finalmente los quemaran. Y, además, mandó desenterrar a doña Inés y la sentó en el trono para que todos los cortesanos besasen su mano como reina.

La primera residencia de los reyes de Portugal se hallaba en Guimerâes, en el norte, pero muy pronto se desplazó a Coimbra y finalmente a Sintra, cerca de lisboa, ciudad situada en pleno territorio mozárabe. Esta circunstancia tuvo importantes consecuencias sobre el portugués, lengua que en esa época aún se hallaba en período de gestación. En efecto, aunque esta lengua procedente del norte había absorbido, y prácticamente sustituido, a los dialectos de las regiones reconquistadas, se presenta desde ese momento rica en particularidades desconocidas por los dialectos septentrionales. El portugués será finalmente el resultado de una sutil amalgama entre la lengua gallegoportuguesa de los primeros tiempos y los usos de las regiones de Coimbra y de Lisboa. En esta última región comenzarán las innovaciones que, a partir del siglo XIV, se irán convirtiendo progresivamente en la norma del portugués

PEDRO I de Portugal, se dispone a casarse con su amada Inés; pero su padre se opone. Aun así, Pedro, en la fecha, se casa en secreto.

El rey de Portugal Alfonso IV, no sabe que su hijo Pedro e Inés se han casado en secreto un año antes oficiando la ceremonia el obispo de Guarda. Para el rey, la relación de concubinato entre Pedro I e Inés de Castro pone en peligro la corona ya que tras Inés están sus hermanos, aliados de Castilla, lo cual unido a los tres hijos naturales que tuvo con Pedro I, Beatriz, Juan y Dionís, más otro que murió tras pocos mes de vida, son un peligro para la sucesión deseada por el rey si se materializa y regulariza la unión de los amantes ya que la rama de los Castro serían los herederos castellanos de la corona portuguesa. Con la aprobación de la corte el rey decreta, en la fecha, su muerte, para lo cual se designa a tres caballeros que serán los ejecutores de la sentencia, sus nombres son Gonçalvez, Coello y Pacheco. Los amantes estaban retirados en una de las mas bellas ciudades de Portugal, Coimbra, en la llamada La Quinta das Lagrimas y hasta allí van sus verdugos para acuchillarla.

El futuro rey de Portugal, PEDRO I, hijo de ALFONSO IV el Bravo, capitanea una sublevación de la nobleza contra el autoritarismo real. Posteriormente, la tradición y la literatura han interpretado la revuelta como provocada por el asesinato de Inés de Castro (1355), con la que PEDRO ha contraído matrimonio secreto en 1354, a manos de unos secuaces de su padre ALFONSO IV.

PEDRO I el Justiciero, rey de Portugal (1357-1367). Hijo y sucesor de Alfonso IV.

PEDRO I de Portugal, una vez coronado rey, emprende la venganza contra los asesinos de su esposa. Ordenó que los capturen, que les saquen el corazón en vida y que, finalmente los quemen. Sólo se salva Pacheco, que huye a la corte papal del Anignon. Pedro proclama su matrimonio, lo que hace que las Cortes de Cantahede la coronen como reina.