LLEIDA (CIUDAD)

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BERENGUER RAMON II el Fratricida, conde de Barcelona, es, hecho prisionero por El CID.


BERENGUER RAMON II el Fratricida, conde de Barcelona, es, en la fecha, hecho prisionero junto con más de 5.000 hombres, por El CID, en la batalla de Tevar, en las montañas de Morella, ya que ambos se encuentran enfrentados al cumplir diversos contratos de colaboración con jefes musulmanes, y también en el deseo de ambos de conquistar Valencia. Tanto BERENGUER RAMON II como los demás cautivos son liberados una vez pagados los correspondientes rescates. También establecen un acuerdo que se firma en Daroca, en virtud del cual Lleida y el bajo Ebro serán zonas de influencia del conde de Barcelona y Valencia quedará dentro del campo de acción del CID.

ALFONSO I erl Batallador pone sitio a Zaragoza y Lleida, pero tiene que levantar el sitio.


ALFONSO I el Batallador, una vez separado de URRACA, dedica todos sus esfuerzos a la reconquista de todo el valle del Ebro. Aprovecha el debilitamiento que sufre ALFONSO VI después de su fracaso frente a los almorávides para avanzar posiciones y lanzarse a la conquista de Zaragoza. En 1117 pone sitio a Zaragoza y Lleida, aunque el tercer desembarco del caudillo almorávide YUSUF en la península, obliga a ALFONSO a levantar el sitio.

Alfonso I sitia la ciudad de Lleida pero, Ramon berenguer consigue que los aragoneses levanten el sitio.


En la frontera occidental y tras la conquista de Zaragoza el 11/7/1118 por ALFONSO I el Batallador, rey de Aragón, RAMON BERENGUER III establece un nuevo pacto de protección con Lleida, con vistas ya a hacerce totalmente con ella. Pero la plaza es también ambicionada por ALFONSO I, quien la sitia en 1122. Sin embargo, RAMON BERENGUER consigue que los aragoneses levanten el sitio.

RAMON BERENGUER III es derrotado por los almorávides en la batalla de Corbins


En 1124 se registra en tierras de la actual Catalunya un nuevo ataque de los almorávides, posiblemente encaminado a contrarrestar el empuje ejercido sobre Lleida. RAMON BERENGUER III les sale al paso, pero esta vez es derrotado en la batalla de Corbins, a orillas del Noguera-Ribagorzana.

Alfonso VII, hijastro de Alfonso I de Aragón, casa con Berenguela, la hija mayor de Ramon Berenguer III.


El rey castellano ALFONSO VII, hijastro de ALFONSO I de Aragón, casa -en la fecha- con Berenguela, la hija mayor de RAMON BERENGUER III, conde de Barcelona, y DOLÇA de Provenza, en un intento de aislar políticamente al rey ALFONSO I el Batallador de Aragón, padrastro del rey castellano. La novia, princesa de remarcable belleza, tuvo que ser conducida a Castilla por mar a causa de la enemistad de ALFONSO. El casamiento de Berenguela con el monarca castellano producirá los frutos que esperan ambas partes. De hecho, desde este año ALFONSO I de Aragón dejará de inquietar a ALFONSO VII. Y tampoco, mientras vivirá RAMON BERENGUER III, el aragonés efectuará ninguna acción contra Lleida.

ALFONSO I sitia Valencia, aunque se retira hacia Aragón enseguida: tal vez sólo ha tratado de calibrar las fuerzas de los musulmanes.


La fijación de fronteras con Castilla por el oeste provoca que ALFONSO I vuelva sus ojos hacia el este. Allí aún quedan muchas tierras en poder de los musulmanes: Fraga, Lleida, Caspe, Alcañiz, Tortosa… y todo Levante. En 1129 el propio ALFONSO I sitia Valencia, aunque se retira hacia Aragón enseguida: tal vez sólo ha tratado de calibrar las fuerzas de los musulmanes.

Repoblamiento de Tarraco y sus alrededores por el arzobispo Bernat de Tort y Ramon Berenguer IV.


Durante la dominación de los visigodos y de los musulmanes, Tàrraco y sus alrededores habían vivido un importante despoblamiento. Su repoblación definitiva se lleva a cabo en el período (1146-1163), por iniciativa del arzobispo BERNAT de Tort, primer arzobispo que fija su residencia en Tarragona, y el conde RAMON BERENGUER IV. A partir de entonces, la archidiócesis experimenta un gran desarrollo, con las diócesis sufragáneas de Girona, Urgell, Vic, Lleida, Tortosa, Barcelona, Zaragoza, Huesca, Pamplona, Tarazona y Calahorra, más la posterior de Valencia.

RAMON BERENGUER IV, conde de Barcelona, asedia y conquista Lleida. Le acompaña el conde de Urgell, ERMENGOL VI.


RAMON BERENGUER IV, conde de Barcelona, asedia y conquista Lleida. Le acompaña el conde de Urgell, ERMENGOL VI. También en Lleida es necesario la utilización de nuevos ingenios de guerra. La empresa militar es llevada a cabo conjuntamente, por primera vez, por las huestes feudales catalanas y aragonesas y juegan un papel muy importante las órdenes militares y las milicias urbanas. Una vez conquistada la ciudad, se traslada la sede episcopal que había estado primero en Roda y luego en Barbastro. El gobierno de Lleida queda encomendado al conde de Urgell, que lo ejercerá según el fuero de Barcelona. Pero en cambio, en esta ciudad la moneda que tenía curso legal era el dinero jaqués, la moneda oficial de Aragón, y en sus mercados se utilizaban las pesas y medidas aragonesas. Hasta este año, Aragón y el condado de Barcelona no tienen límites comunes. Esta conquista, seguirá de un movimiento repoblador que durará más de una generación. De esta manera se acabará de configurar geográficamente Catalunya a grandes rasgos..

RAMÓN BERENGUER IV: Príncipe de Aragón, conde de Barcelona, marqués de Tortosa y duque de Lleida”


A mediados del siglo XII los conceptos de Aragón y de Catalunya son un tanto vagos. En realidad hay diversos territorios que están gobernados por un mismo monarca. Cada uno de esos territorios tiene sus propias normas jurídicas, y en algunos casos sus propios fueros. Si atendemos a los títulos que usó en vida el propio RAMÓN BERENGUER IV observaremos que se hacía llamar “príncipe de Aragón, conde de Barcelona, marqués de Tortosa y duque de Lleida”. Por tanto, parece claro que había cuatro territorios diferenciados entre sí aunque sujetos a la autoridad del mismo soberano. Además, dentro de cada uno de esos cuatro grandes Estados había otras divisiones menores. En el reino de Aragón había territorios forales con amplias libertades, como los de Calatayud y Daroca, ambas villa administradoras de varias docenas de aldeas en función de los derechos y privilegios contenidos en sus fueros privativos, y había ciudades y villas de realengo con fueros propios, como Jaca, Tarazona, Zaragoza, Ejea.