En la capilla de la Torre Girona, situada en el interior de los jardines de Torre Girona – finca que se halla detrás del palacio de Pedralbes- viven las monjas de la Asunción, que tienen allí un colegio. La UPC (Universitat Politècnica de Catalunya) -por otra parte- busca terrenos y su rector Gabriel Ferraté logra que el Gobierno expropie 116.000 metros cuadrados de terreno correspondiente a Torre Girona, para convertirlos en el futuro Campus Nord. Es uno de los últimos decretos que firma Franco, el 7 de noviembre de 1975, y saldrá en el BOE cuando ya haya fallecido. Para avanzarse a las obras se alquilan las dependencias anexas a la capilla. Algunos profesores de Ingenieros de Caminos recordarán años después, aquel curso de convivencias cuando las monjas bajaban a media mañana para ofrecerles un café con leche caliente.

En los años ochenta la última moda son las discotecas instaladas en antiguas iglesias y las revistas de ocio remiten a Amsterdam, Berlín o Nueva York. Es el paradigma de la modernidad porque expresa la definitiva desacralización en la sociedad desarrollada. Ahora, en 2004, en los inicios del siglo XXI, la instalación del macroordenador Mare Nostrum en la antigua capilla del campus de la UPC de Barcelona, tiene un significado de futuro porque consagra ese tótem capaz de realizar 42 billones de operaciones por segundo (en el 2006 pasarán a ser 94 billones).

La nave central de la capilla de la Torre Girona, queda ocupada por el superordenador Mare Nostrum, que la presidenta de IBM España, Amparo Moraleda, ha definido como “todo un prodigio tecnológico”. El 22 de noviembre de 2005, el superordenador catalán, el octavo más potente del mundo y el más potente de Europa, el Mare Nostrum, es inaugurado oficialmente.