La mayoría de catalanes de final de siglo XIX coinciden, en el tema de Cuba, con la opinión pública española, ya que creen que es necesario dominar por la fuerza el levantamiento de los nacionalistas cubanos. Nada más desde determinadas posiciones catalanistas se levantan voces recomendando la autonomía para Cuba. Pero la voluntad general es muy diferente.

En la fecha, el presidente de EEUU., McKINLEY, envía a Madrid a su embajador, el general Woodford, para exigir a España la cesión a los cubanos del autogobierno, la destitución de Weyler y la mediación norteamericana para lograr el alto el fuego.

Práxedes Mateo SAGASTA destituye de inmediato al general Weyler en Cuba, reemplazándolo por el general Blanco.

La Reina Regente de España, MARÍA CRISTINA de Habsburgo, firma los proyectos de decreto de autonomía de Cuba y Puerto Rico. Por otra parte el gobierno español ofrece a Cuba el alto el fuego.

Las ofertas de la autonomía y el alto el fuego de España hacia Cuba no son aceptadas por los dirigentes cubanos, Máximo Gómez y Calixto García que anhelan la independencia. Además, el autogobierno, ya perfilado en 1878 tras el final de la primera guerra cubana, tampoco gusta a nadie en España. Ni a los círculos políticos, porque puede animar a otras regiones a reclamar igual trato, ni a los económicos, sobre todo catalanes, que temen perder sus intereses en Cuba. Tampoco a la oligarquía agraria cubana, que prefiere mantener el statu quo con la metrópoli. Precisamente, las protestas callejeras de estos oligarcas contra las concesiones a los insurrectos alarman de tal manera al cónsul de EEUU., Fitzhugh Lee, que sus cables a Washington avisando del peligro que corre la comunidad norteamericana y sus intereses en la isla impulsan a McKINLEY a actuar.

En Cuba, los jefes de la rebelión nacionalista, se han reunido en Puerto Príncipe en Asamblea constituyente y han proclamado la independencia de Cuba y aprobado su primera Constitución. Mientras el Gobierno Sagasta aprueba (26/11) estatutos de Autonomía para Cuba y Puerto Rico.

En Cuba, primeras elecciones para el Parlamento Insular

Las reacciones ante la guerra de independencia de las colonias españolas son muy diversas en Catalunya. El diario ‘La Renaixensa’ se muestra favorable a la concesión de la autonomía en Cuba desde el primer momento. El semanario ‘La Voz de Catalunya’, más moderado al comienzo, ha sido crítico con la guerra, defendía argumentos pacifistas y mencionaba el alto coste que podía llegar a tener. Verdaguer y Callís se muestra también partidario de la autonomía. En junio de 1898, la Unión Catalanista hace público el documento ‘A los catalanes’, que ha redactado PRAT DE LA RIBA, donde se pide el fin inmediato de la Guerra de Cuba. El Fomento del Trabajo Nacional está preocupado por las repercusiones de la guerra sobre el comercio colonial. La propaganda oficial arrastra los partidos dinásticos y buena parte de los republicanos a apoyar a la posición española en el conflicto. Sólo se muestran contrarios algunos federales y la prensa anarquista. Aún no siendo unánime, la opinión del catalanismo es comprensiva con la lucha nacional de Cuba, porque la entiende como un precedente importante para una reorganización del estado, que puede servir a los intereses de Catalunya. Estas opiniones son difíciles sin embargo de expresar directamente debido a la censura.