EUSEBIO (Obispo de Cesarea)

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EUSEBIO siendo sólo un catecúmeno, es designado obispo de Cesarea


EUSEBIO siendo sólo un catecúmeno, es designado, en la fecha, obispo de Cesarea. EUSEBIO es entronizado por los militares, lo mismo que lo serán Martín de Tours y Filasterio de Brescia. GREGORIO Nacianceno afirmará que en el siglo IV era usual elegir a los obispos “en las filas del Ejército, la Marina, el arado, la forja”. JERÓNIMO se quejará: «Uno que fue ayer catecúmeno, hoy es obispo; otro pasa de la noche a la mañana del anfiteatro a la Iglesia; un hombre que pasó la noche en el circo aparece la mañana siguiente frente al altar y otro que hace poco era protector de la escena es ahora consagrador de vírgenes.»

EUSEBIO de Cesaraea es favorable a un entendimiento en el conflicto del arrianismo.


EUSEBIO de Cesarea, favorable a un entendimiento en el conflicto provocado por la herejía de ARRIO, escribe varias cartas a favor de la ortodoxia de éste, e influye en el sínodo de Cesarea, que declara conforme a la fe la confesión de ARRIO. Al rechazar una fórmula dirigida contra el arrianismo, se ve excomulgado -en la fecha- por un sínodo de ANTIOQUÍA. Aunque unos meses después, en Nicea, será rehabilitado, EUSEBIO mantendrá una actitud dudosa con el arrianismo. Poco después, en este tema, hará frente común con Eusebio de Nicomedia.

Se levanta el castigo al hereje ARRIO, gracias, en gran parte, a la influencia de EUSEBIO de Cesárea.


El emperador CONSTANTINO, habiendo apoyado completamente el credo niceno, cambia de actitud preocupado por apaciguar a los orientales. Se desencadenan actos de violencia y arreglos de cuentas. CONSTANTINO levanta el castigo al hereje ARRIO, gracias, en gran parte, a la influencia de EUSEBIO de Cesárea. ARRIO es readmitido en su rango clerical. ATANASIO, obispo de Alejandría, que no quiere reintegrar a ARRIO, es depuesto por el Concilio de Tiro en el 335 y exiliado a Tréveris por el emperador, en la frontera con Germania. ATANASIO tendrá que permanecer escondido -a veces en el fondo de una cisterna seca- sin dejar por eso de gobernar a su rebaño.