REINO DE NAVARRA (1162-1516)

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Bandera_de_Reino_de_Navarra.svgReino de Navarra (1162-1516)

Sólo queda del Reino de Navarra, la Alta Navarra (actualmente en España) y la Baja Navarra (Francia)


En la primera década del siglo XVI, sólo queda del Reino de Navarra, la Alta Navarra (perteneciente actualmente a España) y la Baja Navarra (hoy en día perteneciente a Francia). Navarra está en estado de preguerra civil entre Beaumonteses, en el norte y mitad oeste de Navarra y Agramonteses en el sur, en la ribera del Ebro y mitad este de Navarra.

El rey de Navarra se ve obligado a firmar el Tratado de Blois, considerado por Castilla y Aragón como una beligerancia.


A finales del siglo XV el rey de Aragón Fernando el Católico realizaba continuas injerencias en la guerra civil de Navarra en apoyo a los beaumonteses y que en algunos periodos había supuesto una auténtica ocupación militar. A principios del siglo XVI los beaumonteses han perdido la guerra civil y su líder ha huido al exilio castellano, donde ha fallecido. Desde allí su descendiente ha apoyado al rey aragonés en su ya decidida invasión del reino de Navarra. Esto hace que en 1512 el rey de Navarra se ve obligado a firmar el Tratado de Blois, por el cual consigue apoyo del reino de Francia ante una posible agresión por parte de castellanos y aragoneses. Esto es considerado por Castilla y Aragón como una beligerancia.

Fernando el Católico, inicia la invasión de Navarra y el día 22 de julio de 1512, penetra en el Reino.


FERNANDO el Católico, que es hermanastro del fallecido Carlos Príncipe de Viana (hijo de Juan II y su segundo matrimonio con Juana Enríquez), inicia la invasión de Navarra el 10 de julio con la toma de Goizueta, aunque no se publicita y ocho días antes de la firma (15/7) del Tratado de Blois. El grueso del ejército de más de 16.000 hombres bien pertrechados y experimentados entra en Navarra desde Álava el día 22 de julio, al mando de Fadrique Álvarez de Toledo, segundo duque de Alba con apoyo del líder beaumontés conde de Lerín (Condestable de Navarra) y sus hombres.
El poderoso ejército se asienta a las afueras de Pamplona (concretamente en el palacio de Arazuri, dominado por el bando beamontés), entonces una ciudad de entre 6.000 y 10.000 almas y mal fortificada, que firmará la rendición el 25 de julio. (El archivo de Simancas contiene documentos relativos a esta época.)

La Navarra conquistada por FERNANDO el Católico queda, en un primer momento, incorporada a la Corona de Aragón.


El duque de Alba consigue, en la fecha, la rendición de Pamplona, y aunque los franceses intentarán recuperar el reino, no tardarán en retirarse de él. La Navarra conquistada por FERNANDO el Católico queda, en un primer momento, incorporada a la Corona de Aragón.

Apenas quince días después de haberse rendido Pamplona, todo el reino de Navarra es conquistado por las tropas castellanas.


Apenas quince días después de haberse rendido Pamplona, todo el reino es conquistado por las tropas hispanas. La Corona de Castilla en un estado multiterritorial, fruto del afán reconquistador de los reyes de Castilla y de León, que está constituido por una serie de reinos y territorios anexionados o sometidos a medida que tiene lugar el avance hacia el sur.

En otros lugares de Navarra, la resistencia es mayor: El Roncal, por ejemplo, no se rinde hasta el 9/9.


En otros lugares de Navarra, la resistencia es mayor: Lumbier hasta el 10 de agosto, Estella hasta agosto, Viana hasta el 15 de agosto, Roncal hasta el 9 de septiembre, al igual que Tudela, que fue el mayor bastión agramontés, donde para tomarlo tuvieron que venir fuerzas de Aragón. Los reyes navarros Juan y Catalina se refugian en sus dominios del Bearn desde donde organizan la resistencia. La conquista de la Alta Navarra no finaliza aquí, ya que Catalina de Foix y Juan III de Albret, y posteriormente Enrique II, apoyados por los monarcas franceses, harán, sin éxito, hasta tres intentos militares de recobrar el reino: el primero en noviembre de este mismo año; el segundo, aprovechando la muerte de Fernando el Católico, en 1516 y el tercero en 1521 aprovechando la Guerra de las Comunidades que asolará Castilla

Esta pieza también aparece en ... CORONA DE CASTILLA Y ARAGÓN (1479-1716)

Fernando el Católico es nombrado rey de Navarra.


A pesar de los diversos intentos de reconquista por parte de los navarros, Fernando el Católico ha seguido trabajando para consolidar la incorporación institucional de Navarra a sus dominios. En 1513, las Cortes de Navarra, convocadas en Pamplona por el virrey castellano y sólo con la asistencia de beamonteses, nombran a Fernando el Católico rey de Navarra.

FERNANDO el Católico consigue el apoyo de las Cortes de Navarra que le reconocen “su señor”.


Como hijo de Juan II, FERNANDO el Católico intervino de forma activa en la Guerra Civil de Navarra, con la introducción de tropas castellanas en el interior del Reino de Navarra, hasta que en 1512 y en apoyo del bando beamontés realizó de forma abierta la definitiva incorporación, o Conquista de Navarra con tropas vascas y castellanas, al mando del duque de Alba. Para controlar el reino y dentro de las medidas diplomáticas, se reunieron las Cortes de Navarra el 23 de marzo de 1513, en una asamblea a la que solo acudieron beamonteses, para que le dieran su apoyo, que consiguió, tras prometer respetar todos los derechos del Reino. Tras ello, los procuradores le juraron obediencia como «Católico rey don Fernando, rey de Navarra nuestro señor de aquí en adelante…»

Las Cortes castellanas aceptan la incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla.


El 7 de junio de 1515, las Cortes castellanas reunidas en Burgos, sin presencia de navarros, aceptan la incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Castilla propuesta por el rey FERNANDO. No obstante, la guerra para controlar el reino se prolongará hasta 1524, reinando su nieto, CARLOS.

Por acuerdo de las Cortes de Burgos, sin navarros presentes, queda Navarra incorporada a Castilla.


En 1515 las Cortes de Castilla, reunidas en Burgos, sin navarros presentes, queda Navarra incorporada a Castilla. Se reconoce que cada una de las dos monarquías mantendrá las peculiaridades en sus leyes, territorio y gobierno y que Navarra es un reino diferenciado de las demás monarquías españolas, en cuanto a su territorio, jurisdicción, juicios y gobierno. La incorporación significará además, una unión de iguales entre dos reinos, con un reconocimiento expreso de los fueros y leyes navarros.

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