En Polonia, a la muerte, en la fecha, de MIESZKO II, le sigue la rebelión de los magnates, luego la rebelión de los súbditos paganos, la destrucción de la organización eclesiástica y la huida de Polonia del joven sucesor del trono, CASIMIRO I.

En esta época, Bohemia y Polonia, dos nuevas potencias eslavas, compiten vigorosamente por el predominio. BRETISLAV I de Bohemia (1035-1055), lleva acabo incursiones en Polonia, mientras que el duque de esta última, CASIMIRO I (1034-1058), hace lo mismo en sentido contrario. Por esta razón a ambos soberanos se les dará el sobrenombre de «el Restaurador» en sus respectivas naciones. Pero la realidad es que quien los mantiene en disputa es el emperador CONRADO II, que procura que niguno de los dos adquiera demasiada fuerza.

CASIMIRO I, duque de Polonia, regresa a Polonia con la ayuda germana, reconstruirá eI Estado recibiendo el apodo de “el Restaurador”, pero no podrá independizarse del Imperio. CASIMIRO I fundará varios monasterios benedictinos, y sus monjes llevarán a buen término la evangelización de toda Polonia.

Fallece en 1058 CASIMIRO I, duque de Polonia, siendo rechazado por la crítica que en ese momento sea monje de de la abadía de Cluny.