REFORMA DE LA VIDA MONÁSTICA CRISTIANA

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Reforma del monacato cristianoReforma de la vida monástica cristiana. El monacato es la adopción de un estilo de vida más o menos ascético dedicado a una religión y sujeto a determinadas reglas en común. En varias religiones se encuentran formas de vida monásticas, aunque sus características varían enormemente, entre ellas se encuentra el cristianismo.

La vida monástica empieza a desarrollarse con brillantez y eficacia en el Occidente cristiano.


La vida monástica empieza a desarrollarse con brillantez y eficacia en el Occidente cristiano a partir del siglo VI. Estos hombres retirados del mundo, pronto serán llamados “monachi”, o monjes. Algunas de estas colectividades religiosas dependen de un señor feudal, otras del obispo de la diócesis y otras, en fin, directamente del papa. Las reglas de Benito, Agustín y Jerónimo serán las raíces de las grandes familias religiosas de la Iglesia.

Millán funda en la sierra de San Lorenzo el monasterio de Suso estableciendo un centro de eremitismo.


Millán funda en la sierra de San Lorenzo el monasterio de Suso estableciendo un centro de eremitismo en plena zona de influencia cántabra, fuera de los dominios germánicos directos. Por otra parte, las grandes explotaciones agrícolas romanas se han abandonado y el territorio de Aragón está muy ruralizado. En el norte, en la comarca de los Pirineos, se fundan numerosos monasterios, como Santa María y San Pedro en Alaón, San Cucufate en Lecina, San Miguel en Arrese y San Pedro en Séptimo. Desde estos monasterios se organiza la explotación económica de áreas muy marginales, a la vez que se insiste en la evangelización de territorios que por su marginalidad no han sido plenamente cristianizados.

Fallece Cesáreo, arzobispo de Arlés.


Fallece Cesáreo, arzobispo de Arlés. Cesáreo de Arlés no fue un político, ni un literato, sino un monje, un apóstol, un santo. No sintió el atractivo de la cultura profana, no escribió para dejar un nombre tras de sí, aunque no le faltaban dotes que hubieran podido hacer de él un literato: la fuerza del sentimiento, el amor de la belleza, sentido de la moderación. No busca ser original en los libros de teología: acepta las conclusiones y razones aducidas por otros. De su parte pone el fuego de la exhortación, la paternidad del consejo, la persuasión. Y por eso su prosa, que él mismo llama rusticissima, porque no obedece a las leyes retóricas, sino al afán de hacerse entender por la gente sencilla, discurre limpia y clara, y encuentra el camino del corazón porque nace del amor.  Espíritu eminentemente práctico, gran organizador, apóstol y santo, trabaja por la unidad espiritual de Galia, combate los errores dogmáticos de su tiempo, trata de restablecer las buenas costumbres, de afianzar la disciplina eclesiástica, la vida religiosa, y de fomentar el ministerio de la predicación, siempre fiel a la Santa Sede.

Toda la geografía hispana queda plagada de monasterios y de ermitaños a lo largo de los siglos VI y VII.


El abad Donato llega a tierras de Hispania hacia el 570 huyendo de las guerras vandálicas africanas, con sus monjes y sus libros. Funda el monasterio Servitano (en la diócesis de Arcávica, Cabeza de Griego, Cuenca) donde se hace célebre por sus prodigios y su fama de santo. Fue uno de los artífices, junto a san Leandro, del Concilio III de Toledo (589). Morirá siendo obispo de Valencia. En la segunda mitad del siglo VI el abad Nucto llegó por el Guadiana hasta Mérida. Toda la geografía del reino hispano queda plagada de monasterios y de ermitaños a lo largo de los siglos VI y VII. Entre ellos, los más sobresalientes son: san Millán el eremita de Berceo y san Valerio del Bierzo, cenobita y ermitaño, célebre escritor. De algunos las noticias son borrosas: san Félix de Bilibio; san Saturio y san Prudencio por tierras de Soria; san Frutos por tierras de Sepúlveda; Juan de Biclara, fundador de un monasterio en los Pirineos; san Cosme y san Damián de Agali, cerca de Toledo. San Fructuoso de Braga, provoca en la primera mitad del siglo VII un entusiasmo contagioso a favor de la vida monástica, fundando monasterios desde el Bierzo hasta Cádiz.

Fallece Casiodoro, senador, Flavio Magno Aurelio, monje y escritor romano.


Fallece Casiodoro, senador, Flavio Magno Aurelio, monje y escritor romano. Desempeñó diversos cargos públicos y tuvo un papel fundamental en la reconciliación del arriano Teodorico el Grande (rey de los ostrogodos) con los romanos. Su monasterio romano fue un precedente de la conservación de la sabiduría clásica por parte de los monjes que se produciría durante la Edad media. Su “Historia eclesiástica tripartita” será utilizada durante el Medievo como manual de historia de la Iglesia.

Muere San Fructuoso de Braga, obispo-abad de Dumio y metropolita de Braga.


Muere San Fructuoso de Braga, godo recio y duro, obispo-abad de Dumio y metropolita de Braga. El monacato visigodo a cuya expansión tanto participó Fructuoso, habrá llegado a su climax y pronto se verá envuelto en la decadencia general. Para evitarlo, los concilios hispano-visigodos del siglo VII legislan en repetidas ocasiones sobre la vida monástica.

Un joven monje del monasterio de san Saturnino de Tabernoles, Félix, expone la idea del adopcionismo.


Por estas fechas, un joven monje, FÉLIX, del monasterio pirenaico de san Saturnino de Tabernoles, deseoso de hacer comprender a los musulmanes, a los cristianos mozárabes influidos por aquellos, y a los paganos indígenas de las zonas fronterizas del Pirineo urgeliano que los cristianos no son politeistas, expone la idea de la adopción de Cristo por Dios Padre, recordando alguna fórmula de la liturgia visigoda que usaba la voz “adoptivo” aplicada a la persona del Hijo (adopcionismo). Con ello renueva antiguos errores cristológicos emparentados con el nestorianismo, el priscilianismo y el arrianismo. El éxito del monje le permite ser elegido obispo de la diócesis de Urgel, y con las facultades que le proporcionará el cargo, perseverará durante diez años en sus actuación apostólica. Propagará el adopcionismo de tal manera que convencerá incluso a Elipando, el nuevo arzobispo de Toledo (784).

Benito de Aniano implanta la Regla de San Benito en los monasterios del Imperio carolingio.


Los monjes, en Occidente, sobre todo los benedictinos, han prestado a la Iglesia y a la cultura unos servicios incalculables. Pero la vida monástica, durante los siglos VII y VIII ha decaído notablemente por varias razones: a) La riqueza de los monasterios a traído consigo: La relajación de las costumbres y la intromisión por parte de los nobles; b) Muchos monasterios son propiedad del rey o de los nobles, los cuales los confían a abades laicos, que no se preocupan de la disciplina del monasterio, sino de acaparar sus riquezas. Es, pues, necesaria una reforma de la vida monástica. Un monje de nombre BENITO (de Aniano), es el primer gran reformador monástico. Colabora con LUDOVICO PÍO en su obra de reforma de los monasterios de Francia. Estudia y recopila las diversas Reglas monásticas existentes, y en su afán de unificación promueve , en la fecha, la implantación de la Regla de San Benito en los monasterios del Imperio carolingio.

Fallece Benito de Aniano que colaboró con LUDOVICO PÍO en su obra de reforma de la Iglesia.


Fallece Benito de Aniano (Witiza era su verdadero nombre). Había nacido en el 751, hijo de un conde godo que se pasó a los francos. Fue paje en la corte de LUDOVICO y, después de participar en algunas acciones militares, entró en una abadía cerca de Dijon. Allí comprobó que las costumbres de los monjes eran poco acordes con el espíritu benedictino y salió para fundar en sus posesiones, en Aniano, una abadía reformada que se mantuviera fiel a la regla monástica. En pocos años llegó a fundar hasta 25 monasterios y, ya con el nombre de Benito de Aniano, fue la gran palanca de reforma en los monasterios.