CELIBATO y Nicolaísmo o concubinato

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Los nicolaítas son citados en la Biblia (Ap 2;6,15) como una secta de licenciosos gnósticos, pero su significación principal varió con el tiempo hasta designar a los clérigos que, a pesar de los votos de celibato, vivían con mujeres, en matrimonio o concubinato.

Se celebra un concilio en Tolosa, donde se acuerdan una serie de medidas para acabar con la simonía.


En el 1056 se celebra un concilio en Tolosa, donde se acuerdan una serie de medidas para acabar con la simonía, en pro del celibato eclesiástico, normalmente conculcado, y contra la usurpación de los bienes eclesiásticos, los tres males de la época.

El pontificado de NICOLÁS II fue fecundo, en especial por el sínodo que reunió en Letrán (1059).


NICOLÁS II reúne en Letrán en la Semana Santa de 1059, un sínodo que decidirá definitivamente la forma de elección papal. La consiguiente encíclica “Vigilantiae Universali” establece que ningún clérigo debe aceptar la investidura de manos de un seglar; dictamina la excomunión de los sacerdotes casados que no repudien a sus esposas y prohibe a los laicos participar en misas celebradas por ellos. De su encarnizada lucha contra el matrimonio de los clérigos, deriva el término nicolaísmo. En este mismo concilio se prohibe a los sacerdotes obtener cargos eclesiásticos a cambio de dinero (simonía). En cuanto a la elección papal, queda definitivamente anulado el principio de la “communio”, según el cual todos los miembros de la Iglesia tienen derecho a participar en la elección del pontífice, lo que ha permitido los excesos de la nobleza romana. Se establece que en el futuro sólo los cardenales tendrán derecho al voto. Esto deja al margen al emperador a quien sólo se reserva el derecho de ser informado de la elección después de haberse efectuado ésta. Salvo circunstancias excepcionales, la elección debe realizarse en Roma.

En el primer Concilio lateranense será ratificado el Concordato de Worms de 1122.


En el primer Concilio lateranense será ratificado el Concordato de Worms de 1122 que pone fin a la lucha de las investiduras y condena la simonía, el concubinato clerical y el matrimonio de los clérigos (nicolaismo). Serán famosos los veintidós cánones disciplinares del Concilio. Asisten unos trescientos obispos, según el cómputo del abad Sugerio, y en total, según Pandulfo, novecientos noventa y siete entre obispos y abades.

INOCENCIO II decide convocar el II Concilio Ecuménico de Letrán (X Concilio Ecuménico).


INOCENCIO II decide convocar el II Concilio Ecuménico de Letrán (X Concilio Ecuménico) que reune cerca de un millar de obispos. Casi toda la cristiandad reconoce por auténtico Pontífice Romano a INOCENCIO II, y es lamentable que en aquel momento de esplendor, cuando no hay ya quien dispute el solio papal, se pronuncien tan severas penas contra los obispos y clérigos que han servido al antipapa ANACLETO II. También se excomulga a ROGELIO II de Sicilia como “autor del cisma”. Pero este concilio realiza una importante labor legislativa; condena de nuevo la simonía y el nicolaísmo (faltas contra el celibato); prohibe a los clérigos el lujo en el vestir, así como la práctica de la medicina. Y también habla sobre la usura, los duelos y los matrimonios entre parientes.

LUTERO sale de la Wartburg vestido de caballero, está ocho días en Wittemberg, se informa de todo lo que está ocurriendo y procura aplacar los ánimos.


Otro asunto turba la tranquilidad de LUTERO en la fortaleza de Wartburg. En efecto llegan de Erfurt noticias de que algunos estudiantes de Wittembreg, apoyados por grupos del pueblo se han dedicado a saquear las casas de los canónigos y a cometer otros atropellos. La agitación se intensifica cada vez más con la tolerancia del príncipe elector, hasta el extremo de destruir las imágenes de la iglesia, eliminar la misa y excitar a los religiosos y religiosas a abandonar sus conventos y romper el celibato. Ante noticias tan alarmantes, según parece, sale LUTERO de incógnito de la Wartburg vestido de caballero, está ocho días en Wittemberg, se informa de todo lo ocurrido y procura aplacar los ánimos. Sin embargo tiene que ceder a gran parte de las exigencias de los agitadores. Así, pues, con la plena aprobación de LUTERO se elimina definitivamente la misa privada, la obligación de la confesión, los ayunos y aún el celibato de los clérigos. Más aún: se alienta a los monjes, religiosos, sacerdotes y religiosas para que, saliendo de los conventos, contraigan matrimonio. Luego vuelve a su retiro donde ecribe su “Exhortación leal a guardarse de la sedición”. Sin embargo este escrito no obtiene el resultado apetecido.

ZWINGLIO, como LUTERO, es incapaz de vivir el celibato, por lo que abandona el sacerdocio.


ZWINGLIO, como LUTERO, es incapaz de vivir el celibato, por lo que abandona el sacerdocio. El Ayuntamiento de Zurich, intoxicado ya con «las nuevas enseñanzas», nombra a ZWINGLIO predicador oficial. Otros sacerdotes con dificultades parecidas siguen su ejemplo y se casan con monjas exclaustradas. Por otra parte, ZWINGLIO, como LUTERO, ha convertido la santa Misa en «La Cena del señor». ZWINGLIO, sin embargo, cree en la presencia real de Cristo, aunque supeditada a la fe del que recibe el pan y el vino; para ZWINGLIO, sin embargo, «La Cena del señor» no es más que un recuerdo, un memorial. Cuando ambos “reformistas” se entrevistan, en la fecha, en Marburgo, en el castillo del Príncipe Felipe de Hesse, no llegan a un acuerdo. Más tarde, los luteranos se negarán a aliarse con ZWINGLIO y sus seguidores. El Canciller de Felipe llegará a escribir que es preferible aliarse con el infierno que con aquellos apóstatas.

Ludmila Javorová recibe la ordenación sacerdotal en 1970 del obispo Felix Maria Davídek.


Ludmila Javorová (nacida en 1932 en Brno, República Checa) es una personalidad de la iglesia católica clandestina de Checoslovaquia bajo el régimen comunista. Ella recibe la ordenación sacerdotal en 1970 del obispo Felix Maria Davídek del que será vicario general en la clandestinidad. Ludmila Javorová es, hasta hoy (2013), la única mujer ordenada sacerdote de la que se conoce el nombre, pero esta ordenación no es reconocida por las instancias oficiales de la iglesia Católica. La revelación pública de su ordenación sacerdotal en 1995 reavivará el tema de la ordenación de mujeres en la iglesia católica romana.