SAN MARTÍN DE BRAGA

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Conversión del rey TEODOMIRO, y de la mayoría del reino suevo por la acción del joven sacerdote MARTÍN


Procedente de Panonia, hace unos años que ha llegado a la Gallaecia, MARTÍN, un joven sacerdote dispuesto a convertir a los suevos. Estos, aunque ya cristianos la mayoría, profesan el Arrianismo, y MARTÍN se propone convertirlos a la fe católica. MARTÍN de Braga o de Dumio, ha visitado Tierra Santa, Roma y las Galias. Desde Tours, donde venera el sepulcro del celebérrimo san Martín, llega a las costas gallegas. Funda el monasterio de Dumio, entra en relación con la corte sueva, y promueve su conversión del arrianismo al catolicismo. Su trabajo apostólico es grande, consiguiendo la conversión del propio rey TEODOMIRO, y de la mayoría del reino suevo, en el año 560. Posteriormente, en premio a su labor, será promovido obispo metropolitano de Braga.

Concilio I de Braga que pone de relieve que la secta de Prisciliano sigue aún viva en Galicia.


Concilio I de Braga que pone de relieve que la secta de Prisciliano sigue aún viva en Galicia, lejana y apartada del mundo. Este Concilio es la culminación de la obra misionera de MARTÍN de Braga. Este pasa muy pronto a ser arzobispo de Braga y metropolitano de todo el reino suevo. Escribirá diferentes obras.

Concilio II de Braga considera que el movimiento creado e impulsado por Prisciliano es ya historia.


Reinando MIRO, el rey suevo, se celebra el II Concilio de Braga presidido por el obispo MARTÍN de Dumio (Braga) el restaurador y organizador de la iglesia sueva. El Concilio, considera que el movimiento creado e impulsado por Prisciliano es ya historia. Por otra parte, el II Concilio de Braga legisla que los cristianos no deben consultar adivinos ni sortílegos para alejar a los malos espíritus, ni pueden celebrar las calendas y diversiones paganas, ni recitar fórmulas supersticiosas al recoger hierbas medicinales o al tejer la lana, etc, etc. y es que aún teniendo en cuenta que gran parte de la población de Hispania es católica, el paganismo sigue teniendo muchos adeptos en la península Ibérica a finales del siglo VI. La enumeración de ritos paganos que hace MARTÍN de Braga demuestra que en estos tiempos persisten en Galicia los mismos cultos que habían realizado los antiguos pueblos que habitaban la península: romanos y celtas.