Un nigeriano trata de activar un explosivo en un avión que cubre el trayecto Amsterdam-Detroit. Umar Farouk Abdulmutallab, contaba con suficiente material como para crear un boquete en un lateral del avión que hubiese sido letal, según informaron fuentes de la investigación a la cadena CNN. El sospechoso habría adquirido en Yemen el explosivo que portaba y con el que supuestamente ha intentado provocar una masacre. El joven, de 23 años, que ha sido reducido por los viajeros, ha sido trasladado a instalaciones que las autoridades no han revelado por motivos de seguridad. Estados Unidos trata ahora de investigar las motivaciones de Abdulmutallab y sus pasos por distintos países, desde la península Arábiga hasta la zona oeste de África o Reino Unido. Además, desde Washington se quiere aclarar si existen vínculos entre el detenido y Al Qaeda y si subyace una trama internacional en un intento de atentado contra un avión en el que viajaban casi tres centenares de personas. El día 28 Al Qaeda reivindicará este atentado fallido y Obama afirmará que no parará la búsqueda de terroristas, \”sea en Afganistán, Irak, Yemen o Somalia\”.

Situación actual del Sáhara Occidental: está partida en dos: el oeste (75%) lo ocupa Marruecos donde viven más de 150.000 colonos marroquíes y unos 70.000 saharauis; en el este, hasta Mauritania (25%), en una franja liberada por el Frente Polisario y en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) viven más de 100.000 saharauis. Y Hasan II, pretende que se celebre un referéndum pero sólo sobre una autonomía para la zona. Mientras tanto, Madrid, en equilibrio inestable entre Argel (el suministrador de gas a España) y Rabat, aboga por “una solución política justa, definitiva y de acuerdo con las partes”, pero no cita el referéndum de autodeterminación. Por otra parte, la postura de Francia es clara: apoya la propuesta de Rabat de resolver el conflicto con la autonomía del territorio. Y la de EEUU.: Marruecos es un aliado estratégico de EEUU. desde la guerra fría. Washington ha pretendido desde 1977 ser neutral entre Rabat y sus intereses económicos en Argelia, el protector del Polisario. Pero en el año 2003 cambió su posición y apoyó el plan Baker, que ofrece dos posibilidades: la autonomía o la partición. Y es que Washington ve en Rabat un factor de estabilidad en el Magreb.

El populismo renace en Estados Unidos. La crisis económica y el paro persistente inyectan energía al movimiento que, con mensajes sencillos y retórica encendida, contrapone los intereses del pueblo a los de las élites. Esta vez, al contrario que en otros momentos de la historia norteamericana, el populismo más pujante es de derechas. Tras la derrota demócrata en la elección al Senado en Massachusetts, en enero, atribuida a la irritación popular con la Casa Blanca y el Congreso, Barack Obama ha intentado hacer suya esta irritación, con una retórica encendida contra los “peces gordos” de Wall Street, y en favor de las sufridas clases medias. El populismo está al orden del día. El término populismo tiene connotaciones distintas en Europa y en EEUU. En Europa son negativas. Populistas son Le Pen, Haider, Bossi, Chávez: raramente figuras modélicas. En EEUU. Populista no tiene por qué ser un término despectivo. Al contrario. Aquí un populista es un político que defiende al pueblo frente a los abusos de las élites intelectuales, económicas, políticas. E históricamente el populismo fue de izquierdas, desde el Partido Populista del siglo XIX hasta el new deal de Roosevelt, que contenía elementos populistas.

Durante una visita del vicepresidente de EEUU., Joe Biden, el Gobierno israelí anuncia la construcción de nuevas viviendas en Jerusalén Oriental. Rusia, la ONU y la Unión Europea, exigen a Israel que congele todos los asentamientos en Jerusalén Oriental y que se ponga en marcha para alcanzar un acuerdo con los palestinos en 24 meses. Con una Administración estadounidense más inclinada a la estrategia de los pactos que a dejar hacer a su amigo en la zona, la decisión de Israel de construir un nuevo asentamiento judío de 1.600 viviendas en la mitad árabe de Jerusalén ha provocado la peor crisis en muchos años en las relaciones entre Israel y Estados Unidos. (En Cisjordania hay 304.570 colonos judíos y en Jerusalén Este, 193.700; junto a 2,5 millones de palestinos.)

Israel, ha amenazado repetidamente con atacar a Irán. En la fecha, el ex viceministro israelí de Defensa general Ephraim Sneh declara en el periódico israelí Haaretz que, a menos que EEUU. destruya las instalaciones nucleares de Irán, Israel atacará a Irán antes de noviembre. ¿Permitirá EEUU. un ataque de esta naturaleza?. La política estadounidense con relación a Irán ha sido ambigua: el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen, ha dicho públicamente que un ataque israelí constituiría un “gran, gran problema para todos nosotros”, pero EEUU. Ha proporcionado precisamente a Israel las armas necesarias (bombas de alto poder de penetracióny aviones F-16i y aviones F-15i) para llevar a cabo tal ataque. Dado que un ataque con equipamiento estadounidense exigiría sobrevolar Turquía, Irak, Arabia Saudí o Kuwait de forma que sería lesivo políticamente para EEUU., el estratega militar independiente Anthony Cordesman considera que Israel sopesa el empleo de otro sistema ofensivo: cabezas nucleares montadas en misiles de crucero que serían lanzadas desde submarinos clase Dolphin que compró a Alemania. Sin embargo, todos los analistas coinciden en afirmar que un ataque israelí no detendría –de hecho probablemente aceleraría– la consecución de armas nucleares por parte de Irán.

Se han producido amenazas desde principios de la Administración Bush en relación a un ataque de EEUU a Irán. En el mes de abril, el presidente Obama no incluye a Irán en la promesa de no atacar países no nucleares con armamento nuclear. Por su parte, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, confirma que “todas las opciones estaban sobre la mesa”. Y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, respalda esta declaración diciendo, “… ahora hemos de hacer algo”. Estos dirigentes estadounidenses se dirigen a un Congreso belicoso. Destacados senadores estadounidenses se han manifestado a favor de un ataque; el senador Lindsay Graham, un republicano del sur, dijo que este debe ser “contundente”, “determinante”, de forma que a Irán no le quede “ningún avión en disposición de volar ni ningún barco en disposición de mantenerse a flote”. En el partido demócrata, el senador Chuck Schumer, de Nueva York, dijo que “Irán está a punto de convertirse en un país nuclear y no nos lo podemos permitir”. A la vista de tales amenazas, el ayatolá Jamenei ha situado a Irán en alerta máxima y proyecta presentar una queja ante las Naciones Unidas.

Aparte de los llamamientos a favor de un ataque de EEUU. contra Irán, se han convocado diversas conferencias para abordar la cuestión de las supuestas armas nucleares de Irán. El presidente Obama de EEUU. convoca la primera en abril; asisten representantes de 47 países pero Irán no es invitado (temiendo un debate sobre su propio programa nuclear, el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, no acude a la reunión).

Los presidentes Obama y Medvedev firman en la sala Española del castillo de Praga un documento de reducción de armamento estratégico. Un “asunto verdaderamente histórico”, dijo el presidente ruso. Obama fue menos grandilocuente: “Es sólo un paso en un largo viaje”, también dijo: “Es una meta a largo plazo que no veré en mi vida”. Al mismo tiempo, añadió, en el futuro habrá “más reducciones de armas nucleares tácticas y estratégicas, tanto las desplegadas como las no desplegadas”. Esa promesa fue lo más notable y esperanzador, porque, efectivamente, lo que se firmó ayer entre Rusia y EEUU. que concentran el 90% del potencial nuclear militar del mundo, representa una reducción de una tercera parte en las cabezas nucleares estratégicas desplegadas. Si hoy Rusia tiene 2.800 y Estados Unidos 2.200, al cabo de siete años del momento de su ratificación en la Duma rusa y el Senado estadounidense, cada parte deberá limitarse a 1.550 cabezas, con 700 misiles (terrestres, submarinos y aéreos) preparados para su uso y un límite de 800 lanzaderas, incluidas las que estén en almacén, lo que supone una reducción del 50%.

En Kirguistán, la jefa del gobierno provisional, Roza Otunbayeva, se ha apresurado a asegurar en sus primeras conversaciones con la prensa que la base de Manas no se cerrará. El propio Bakiyev niega que Rusia le haya empujado de su pedestal y desde la Administración norteamericana, Michael McFaul (interlocutor de Moscú en asuntos de derechos humanos) también desmiente que Rusia esté tras las revueltas. Bakiyev, que se encuentra refugiado en su pueblo natal, Teyit, a las afueras de Yalal Abad, dice que renunciará si lo dejan salir del país a él y a su familia. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, llama astutamente a los nuevos líderes para tomar posiciones en una región importante para Moscú. Y en Washington se guarda silencio. La pelota de ese peligroso juego es la base aérea de Manas, que desde hace años utiliza EE.UU. Para dar apoyo logístico y humano a sus tropas en Afganistán. Kirguistán es la ruta más sencilla para que 35.000 soldados estadounidenses vayan a guerrear con el talibán. Su pérdida podría suponer un verdadero quebradero de cabeza para Washington.

Obama logra la promesa de 50 países de controlar su arsenal nuclear en cuatro años. Es lo que Barack Obama llama “una ironía cruel de la historia”. Nunca como ahora, veinte años después del fin de la guerra fría, el riesgo de un enfrentamiento nuclear entre países había sido tan bajo. Y, sin embargo, “el riesgo de un ataque nuclear ha aumentado”. Nadie teme hoy una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia, y menos tras la firma, la semana pasada, del nuevo acuerdo de desarme. Nadie teme un choque entre EEUU. y China. El peligro, denunciado ya por George W. Bush, es que organizaciones terroristas obtengan en el mercado negro uranio altamente enriquecido y plutonio, necesarios para fabricar explosivos nucleares. La Casa Blanca sostiene que la hipótesis de una banda criminal robando material nuclear y vendiéndolo a Al Qaeda no es una trama novelesca, sino una posibilidad real. Por primera vez la vigilancia del material nuclear disperso y los esfuerzos para impedir que caiga en manos de terroristas se han convertido en prioridad internacional.