En abril de 1291, RODOLFO I de Habsburgo, primer miembro de la familia en llegar a emperador, recupera los derechos sobre Lucerna, en el extremo del Lago de los cuatro cantones, con el objetivo de restablecer la autoridad de su familia en la región.

Fallece RODOLFO I, rey de Alemania. Mantuvo una política respetuosa con el papado y abandonó los objetivos italianos de los Hohenstaufen dejándolos en manos de la soberanía pontificia.

El Gran Interregno que siguió al final de los Hohenstaufen ha hecho posible que algunas partes del Imperio alcancen mayor independencia de la autoridad central. Los habitantes de la cordillera de los Alpes, de lo que hoy se conoce como Suiza, están en buena situación para lograr este propósito, pues resulta difícil invadir una zona montañosa, y el pueblo suizo podrá llevar a cabo una firme y efectiva guerrilla en un territorio que es su hogar, pero no el del invasor. La historia suiza comienza oficialmente el 1 de agosto de 1291 cuando los pueblos de Uri, Schwyz y Unterwalden firman un Pacto federal para combatir a los Habsburgo, soberanos de Austria, en la montaña de Rütli, conocido como Rútlischwur. Los habitantes de estos territorios son principalmente campesinos, siervos (esclavos) y, por supuesto, nobles (ciudadanos). Tras la muerte del emperador Rodolfo I y previendo eventuales problemas de sucesión, los hombres libres de los valles del Uri, de Schwyz y de Unterwalden renuevan un pacto de alianza jurídica y de defensa permanente, en una fecha indeterminada a inicios del mes de agosto.

Los montañeros de Uri, Schwytz y Unterwalden han atacado las tierras del monasterio de Einsiedeln y ello provoca una invasión de los austriacos, provenientes de los estados patrimoniales de los Habsburgo. Así, el duque LEOPOLDO I de Austria, señor de los Habsburgo, se dirige contra los tres cantones pero es derrotado en Morgarten, hecho que obliga a los Habsburgo a firmar la paz y a confirmar la autonomía de los tres cantones que queda como una bailía independiente, los representantes del soberano desaparecen de su territorio. A partir de este momento los tres cantones reafirman sus lazos de alianza. El papel preponderante de Schwytz en estas luchas hará que pronto el conjunto de los tres cantones primitivos sea conocido por Suiza (de Schwytz) y sus habitantes como suizos. Surge la leyenda que califica a los confederados suizos como gente brutal y villana, originadas en sus distintas normas de lucha, apartadas de las caballerescas.

LEOPOLDO I de Austria, señor de los Habsburgo, intenta someter a la Confederación de los ocho cantones con la intervención de un ejército de 20.000 hombres. Poco más de un millar de confederados le infligen una severa derrota, gracias a un tremendo alúd de piedras previamente preparadas en lo alto del monte y que diezman a los invasores.

En la fecha, la \”Carta de los sacerdotes\” estrecha los lazos entre los cantones suizos que deben mantener una lucha permanente contra los Habsburgo para reducir las cargas feudales.

Una nueva invasión austriaca es rechazada por las fuerzas de los ocho cantones confederados, que alcanzan, en la fecha, la victoria de Naefels.

Tras el revés de Sempach, los austríacos desisten firmando en 1394 una tregua con los suizos y no efectuando ya más tentativas de hostigarlos en sus montañas.

En la fecha, ALBERTO I de Hungría es elegido en Fráncfort del Meno como ALBERTO II, Rey de Romanos (1438-1439). Sin embargo, durante su breve reinado no se llegará a celebrar la ceremonia de coronación como monarca germánico. La familia de los Habsburgo es la más poderosa de Alemania quedando desde entonces esta dignidad vinculada siempre a la casa de Habsburgo y Viena se convierte en la capital definitiva del Sacro Imperio Romano. Desde 1438 -y a pesar de que el Imperio alemán es formalmente una monarquía electiva- la corona es transmitida de hecho por herencia dentro de la casa de Habsburgo, que seguirá siendo la potencia territorial más importante y le permitirá conservar la dignidad imperial desde 1438 hasta 1918.

CARLOS VIII, rey de Francia, con el mismo objetivo que con FERNANDO el Católico, o sea, tener las manos libres en Italia, entrega, por el tratado de Senlis, Artois y el Franco Condado a Austria. Por otra parte asegura con oro la neutralidad inglesa.