En Norteamérica, menos numerosos que los inmigrantes ingleses fueron los franceses, que a partir de 1608 se establecen en el valle de San Lorenzo, en la actual Canadá. Desde allí iniciarán la penetración en los Grandes Lagos y en la cuenca del Mississippi, para cuyo control crearán una red de fuertes. Fundan Quebec, primera colonia francesa en América.

La isla de Cabo Bretón (Canadá) es ocupada por tropas británicas.

Batalla de Montreal el 8 de septiembre de 1760. Los ingleses ocupan totalmente  la colonia de Nueva Francia. En cuestión de unos meses, el territorio de Canadá pasa a manos de Inglaterra después de ser francés durante siglo y medio.

Tratado de París, que fija la situación de las colonias tras la guerra de los Siete Años. Francia cede (a Inglaterra) Canadá y todas sus posesiones al este del Mississippi, Senegal y sus territorios de la India. Cede Luisiana a España, confirmando el Tratado de Fontainebleau, en compensación por la cesión de Florida y Menorca a Inglaterra por parte de España. Francia recobra Martinica, Guadalupe y sus factorías de África y la India. España recobra Cuba y Filipinas e Inglaterra se afirma como primera potencia colonial.

Se dota a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias americanas, llevándose sus fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Mississipi. Asimismo su población conserva un derecho civil propio y la Iglesia Católica es reconocida. Todos estos movimientos son mal aceptados por la población de las Trece colonias.

Canadá sufre una invasión estadounidense durante la guerra de 1812. Los norteamericanos capturan York (llamada más adelante Toronto) el 27 de abril de 1813, y la incendian parcialmente. Este episodio lo utilizarán como excusa los británicos para incendiar Washington el año siguiente.

EEUU. reconoce la soberanía de Gran Bretaña sobre Canadá.

El 9 de noviembre de 1819 cae una lluvia negra de escoria de metal sobre una vasta zona de Canadá. Esta lluvia es acompañada de una sacudida sísmica y de una intensa oscuridad aunque es pleno día. (Otros hechos similares, son: Una lluvia densa, ardiente, negra y pestilente se registró el 20 de enero de 1911 en Suiza y otra en el cabo de Buena Esperanza, el 5 de febrero de 1912. Una lluvia negra cayó en Slains, Escocia, el 14 de enero; otra en Carluke, a 250 km. de Slains, el 1 de mayo.) El informe químico identifica esta sustancia no como un producto volcánico o ceniza, sino como “escoria de fundición”. Resulta imposible imaginar que un producto artificial como es la escoria de hierro haya podido caer en tan grandes cantidades y en sitios tan distintos.

Después de la guerra de 1812, Canadá nunca ha vuelto a correr peligro por causa de los EEUU., lo cual significa que ha podido concentrarse en manifestar su insatisfacción a los británicos. Surgen disputas entre los parlamentos del país, popularmente elegidos, y los gobernantes nombrados por la corona británica. En 1837 se registran rebeliones en Montreal y Toronto. A éstas pudieron haberles seguido otras peores, pero Gran Bretaña ha aprendido de sus anteriores errores, algo que las naciones raramente hacen. El 20 de mayo de 1838, los británicos han nombrado un nuevo gobernador, John George Lambton, conde de Durham, quien trata benévolamente a los rebeldes. El 11 de febrero de 1839 redacta un informe en el que recomienda que se permita a Canadá alguna forma de gobierno representativo. Este «informe Durham» es favorablemente considerado, y ello significará que Canadá mantendrá su lealtad a la monarquía británica hasta nuestros días.

Las dos principales provincias del Canadá, el Alto Canadá (ahora Toronto) y el Bajo Canadá (ahora Quebec), se unen el 23 de julio de 1840 en virtud de la “ley de unión”, aprobada por el gobierno británico.