Del sultán turco MEHMET II se contará que en sus ratos libres se dedicaba a la horticultura, habiendo cultivado personalmente en la huerta de palacio unos melones. Cierto día desaparecieron unos melones y todas las evidencias indicaban que había sido uno de sus innumerables pajes. No confesándose el autor del delito, dispuso que se les fuese abriendo el vientre uno tras otro. Los restos de los melones a medio digerir se encontraron en el vientre del decimoquinto paje.

El gran turco MOHAMED II, iracundo por su fracaso al asaltar Rodas, envía su flota hacia el Oeste, asuela la costa de Apulia, y el 11/8/1480 toma la ciudad de Otranto, en el reino de Nápoles, que es saqueada. Dos días después, 800 hombres son obligados a renunciar a su religión. Al negarse a ello, son decapitados. (En 2013 serán canonizados por el Papa FRANCISCO I).

Al final del segundo año del inútil catecismo del cardenal Mendoza, toda la cristiandad fue aterrorizada por las victorias del gran turco MOHAMED II. La reacción en España, cuando llegaron las noticias de tales horrores, en setiembre, tuvo sin duda algo que ver con la decisión del Rey FERNANDO y de la reina ISABEL para llevar a efecto, sin más dilación, en la fecha, los poderes conferidos a ellos por el papa SIXTO IV en el año 1478.