Los visigodos, posiblemente debido a los abusos y a las condiciones indignas que les imponen los romanos para permanecer en la zona, se lanzan contra éstos, pero son derrotados por el general imperial Sebastián, que los toma por sorpresa. Flavio VALENTE quiere aprovechar el supuesto desconcierto de las tropas bárbaras, o bien quiere anticiparse al emperador de Occidente, su sobrino GRACIANO que viene con su ejército a apoyarlo, y sale de Constantinopla rumbo a Adrianópolis para enfrentarlos.

VALENTE, emperador romano de Oriente, es abandonado por su ejército, compuesto en su gran mayoría por bárbaros. Derrotado catastróficamente por los visigodos el 9 de Agosto en Adrianópolis, muere en la batalla. Los visigodos, embriagados por el triunfo, asedian Constantinopla sin llegar a tomarla, por el desconocimiento de las tácticas de sitio y por la desorganización como ejército. La batalla de Adrianópolis pone fin a la legión romana, que ha sido la fuerza de combate más eficaz en Occidente desde las batallas libradas con Pirro seiscientos cincuenta años antes. Se inicia ahora un prolongado período en el que la clave de la victoria corresponderá a la caballería. Los visigodos son jinetes en su mayoría y disponen de estribos (cuyo uso han aprendido de los hunos). La muerte del emperador arriano VALENTE combatiendo contra los godos se presenta como un juicio de Dios.