Una de las regiones invadidas por los indoeuropeos, es la conocida posteriormente como el Kurdistán. Región preferentemente étnica y lingüística, no geográfica, por lo que su delimitación resulta muy difícil. Comprende el territorio montañoso del Taurus sudoriental en torno al Van Gölü y al S. de este gran lago turco, y del Zagros noroccidental al O. y SO. Del lago Urmia. (Enl año 2.000, Kurdistán, territorio habitado por el pueblo kurdo, está dividido entre Turquía, Irán, Azerbaiján, Irak y Siria.)

En Asiria, bajo ASURNASIRPAL II, (883-859 aC.) da comienzo el Imperio Asirio nuevo (883-612 aC.). Inicia la conquista de Oriente reprimiendo ferozmente las rebeliones de los habitantes del teritorio del Kurdistán, tapizando con la piel de los rebeldes, despellejados vivos, las paredes de un monumento conmemorativo de su victoria, empalando los cadáveres y construyendo pirámides con las cabezas de los enemigos.

Desde el siglo XVI el pueblo del Kurdistán tiene poco poderío político. Dominado por unos y otros, los kurdos dicen que son descendientes de los medos, el imperio que se impuso sobre la civilización asiria. Pero no existen pruebas irrefutables de esto. Pero lo que nadie pone en entredicho es que los kurdos ya estaban en las tierras áridas y frías del Kurdistán cuando los turcos, procedentes de Asia central, llegaron en el año 1071 dC. A pesar de ello, los kurdos, pueblo indoeuropeo converso al islam suní, nunca han tenido un Estado en su propia tierra.

Durante la dominación turca, los kurdos luchan para conseguir cierta autonomía dentro del imperio otomano.

El nacionalismo kurdo nace en 1897 y tomará cuerpo en 1909.

El pueblo kurdo entra en la historia moderna con el armisticio de 1918, después de la Primera Guerra Mundial, cuando las potencias aliadas prometen recompensar su apoyo contra el imperio otomano con la creación de una entidad autónoma -un estado- en la región situada entre Armenia y Mossul. La promesa al pueblo kurdo, queda fijada en los célebres 14 puntos del presidente estadounidense Woodrow WILSON. Concretamente, su punto nº 12, dice que para \”el caso kurdo se reconoce la justa e incontestable oportunidad de un desarrollo autónomo\”

Atatürk inventa la denominación de “turcos de las montañas” para los kurdos, que ellos no aceptan. Por su origen ario, su idioma derivado del persa y nula relación con el turco y las referencias históricas que se remontan a cuatro siglos antes de nuestra era, son realmente el pueblo autóctono de las tierras que habitan. Están desperdigados de esta forma: Turquía (13 millones), Irán (6 millones), Irak (4 millones ), Siria (1 millón) y Armenia (600.000). Otros dos millones repartidos por el mundo, con 500.000 en Alemania. Un total de casi 27 millones de personas que constituye la mayor nación carente de Estado.

Según el artículo 64 del Tratado de Sèvres, establece: “Si los kurdos, en el plazo de un año, se dirigen al consejo de la Liga de la Naciones y demuestran que la mayoría de la población de estas áreas desea la independencia de Turquia, y si el consejo lo recomienda en este sentido, Turquia tendrá que renunciar a todos sus derechos.” La respuesta turca fue contundente: NO.

Tiene más lógica un Estado kurdo que el de Jordania o el de Irak. Incluso que el de Líbano. Pero… los kurdos no tuvieron suerte. El histórico Kurdistán quedó fragmentado en el interior de las fronteras de Turquia, Siria, Irán, la URSS e Irak. Y allí ha quedado una comunidad de casi treinta millones de kurdos, con una superficie similar a la de España, con lengua propia, con identidad nacional muy determinada, con una historia antiquisima, con voluntad de existir como pueblo y con un desinterés internacional en crear unas fronteras para proteger a la nación kurda.

El Tratado de Sèvres de 1920, ha sido sólo un documento que ha quedado en papel mojado, pues tres años más tarde, en la fecha, se firma el Tratado de Lausana -con el que los aliados admiten el temor al expansionismo soviético- que zanja la relación de Turquia con los aliados vencedores sin hacer ninguna referencia a la formación del prometido Kurdistán. Por este Tratado, Turquia, después de tres años de guerra y negociaciones, logra recuperar lo esencial del territorio y los kurdos tienen que renunciar a su sueño. Turquia, pues, se anexiona la mayor parte del Kurdistán. Su historia es la de una rebelión tras otra en la búsqueda de una emancipación frente a los estados en los que viven encajonados.