Al retirarse FELIPE V, Francia abandona a su suerte a los catalanes. Traicionada una vez más por las potencias extranjeras, Catalunya vuelve a quedar sola ante la represión borbónica.

La literatura catalana de la primera mitad del siglo XVIII es deudora de la estética barroca. Los mejores representantes de esta corriente son el poeta Agustí Eura (1684-1763) y Joan Tomàs de Boixadors (1703-1780), autor de ‘Soliloqui d’Eneas’, de clara influencia calderoniana. Merecen un capítulo especial el teatro religioso, donde destacan las “passions” y comedias de santos, y el teatro profano, con los entremeses de tono popular. A lo largo del siglo, la literatura catalana se irá impregnando de las influencias de diferentes corrientes literarias de origen francés, italiano y castellano. No se puede hablar de una escuela dominante, sino de múltiples manifestaciones que tienden hacia el sentimentalismo. La lectura de la producción literaria del dramaturgo barroco castellano Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) significa para muchos escritores catalanes del siglo XVIII una fuente de inspiración fundamental.

En el mes de abril de 1725, se firma el primer Tratado de Viena entre el emperador del SIRG, CARLOS VI de Austria y FELIPE V de España. CARLOS a cambio de sus derechos como rey de España, recibe de FELIPE V la cesión de todos los derechos que tenía en Italia y en los Países Bajos. Este Tratado fue el verdadero fin de la Guerra de Sucesión y de la persecución de Catalunya que había durado un cuarto de siglo, pues se establecía un eterno olvido, amnistía y retorno de bienes y dignidades para todos los súbditos de una y otra parte. No obstante, este acto de reparación nada más se refería a las personas, porque nada se hizo a favor de las instituciones, que quedaron abolidas. El llamado “Caso de los catalanes” queda, por el Tratado de Viena -de esta fecha-, cerrado para siempre.

El castellano es obligatorio en las instituciones oficiales y en las escuelas de la Corona de Aragón, donde las lenguas autóctonas -valenciano, mallorquín y catalán- se limitan a los círculos familiares.

La \”Reial Acadèmia de Bones Lletres\” es una entidad fundada en Barcelona el año 1729, ubicada en el Palau de la comtessa de Palamós, en la calle del Obispo Caçador. Impulsa la investigación en los campos de la lengua y la historia de Catalunya, así como el fomento del respeto al patrimonio cultural de nuestro país. Edita de forma periódica memorias y boletines.

El 1729 se crea una sociedad con la finalidad de estudiar la historia de Catalunya, antecedente inmediato de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona.

En la Conferencia Imperial que se celebra en la fecha en Viena se toma la decisión que los exiliados por causa de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), principalmente de Nápoles y Sicilia, que huyendo de los ejércitos de FELIPE V de España, pretendan vivir en Austria y disponer de ayudas del estado para ello, han de ser confinados al Banato de Temesvar, una región recientemente conquistada a los turcos donde se está haciendo un importante esfuerzo colonizador. Allí han de habitar una ciudad que se ha de llamar Carlaggaben en honor del emperador, pero que muy pronto se empezará a conocer como la Nueva Barcelona ya que estos exiliados residentes en Nápoles y Sicilia son a su vez los catalanes exiliados, o sus descendientes, de la Guerra de Sucesión Española. Así, pues, 20 años después la historia es a punto de repetirse para los que a partir de 1714 huyeron de las fuerzas borbónicas en el asedio de Barcelona.

Cuando sube al trono FERNANDO VI, Catalunya tiene sólo el recuerdo de sus antiguas libertades y habiendo desaparecido en gran parte la generación que las defendió, se había entregado por medio del trabajo, a la reconstitución de su riqueza. Felizmente, enemigo FERNANDO VI de las guerras, durante su reinado la paz no se romperá, y Catalunya pudo prosperar, pues a pesar de haber sido dominada por las armas continuaba siendo reconocida como región diferente de las demás que integraban la monarquía española.

Catalunya sigue con su legislación civil propia y en cuanto a la política, se establece una expresamente para el Principado, modificándose especialmente para Catalunya el estado de derecho, como lo expresaba gráficamente la manera de encabezar los soberanos los documentos, usando, no la denominación de Rey de España, sino la de cada una de las antiguas nacionalidades, como así también en su proclamación, al ser levantados los estandartes de Barcelona, se dió el grito de Castella y Catalunya pel rei Ferran VI, reconociéndose así la existencia legal de la nación catalana.

Los antiguos reinos españoles, excepto Navarra y el País Vasco, empiezan a ser gobernados desde Madrid mediante las Capitanías generales, las Audiencias y los intendentes.