Los hunos, de raza turania (la misma raza que los mongoles), llegan a Europa alrededor del 374 atravesando el Volga. Los hunos se asientan provisionalmente en las llanuras de Ucrania y Rumania

GUNDERICO, rey de los vándalos asdingos, sucede a Godegisilio de quien no se conoce el año que inicio su reinado.

Se atribuyen, aproximadamente, a la Península Itálica unos dos millones y medio de habitantes; a Grecia y Balcanes, tres millones; a la Galia, tres millones y al territorio húngaro, medio millón.

La población del territorio europeo se estima en veintisiete millones de habitantes aproximadamente.

Se inicia el proceso de construcción de castillos residenciales que se convierten en el eje de la sociedad laica, a la vez que en la casa y en la corte del aristócrata, su cuartel general, el tribunal de la jurisdicción, su centro impositivo y la sede administrativa e industrial de una explotación rural. La mayoría de los castillos residenciales serán construidos en el siglo XI. Hasta entonces, los nobles solían deambular con sus tropas por diversas fortalezas de sus dominios, consistentes, de ordinario, en austeras torres (origen de las del homenaje) rodeadas por empalizadas. Paulatinamente, la piedra irá reemplazando a la madera como material básico de las construcciones.

SANCHO V promueve también la repoblación de las tierras de Benabarre y Monzón, y ordena -en la fecha- la acuñación de “denarios”, acuñación que se lleva a cabo en Jaca, cuna de la moneda aragonesa. Gracias a este viaje, Aragón se abre a las nuevas corrientes culturales y artísticas que corren por Europa.

Se sabe que ya en el año 1126 se utilizaban cañones hechos de tubos de bambú para lanzar proyectiles al enemigo.  Se empleaban en China, Europa y el Medio Oriente, y son el arquetipo de la artillería moderna. El primer cañón en Europa probablemente haya aparecido en la Iberia mora y cristiana.

Los grandes señores, en teoría vasallos del rey, usurpan de hecho los derechos reales para construir castillos y administrar justicia. La gran mayoría de la población vive en los feudos que pertenecen a los nobles y obispos, de quienes son sus vasallos. Las escasas ciudades, tales como Trier y Colonia, son principalmente antiguas fundaciones romanas o fortificaciones imperiales. Allí, los comerciantes, los artesanos y los campesinos privados de tierras se instalan como ciudadanos libres bajo la autoridad de un príncipe. En las ciudades también se asientan los judíos, y sus actividades se centran en el ámbito del comercio y la artesanía.

El feudalismo, que da identidad a gran parte de la Europa occidental a lo largo de la Edad Media, va perdiendo consistencia a medida que la mejora de la producción agrícola, el aumento demográfico y la repoblación de las ciudades modifican el cuadro social a partir del siglo XIII. El feudalismo no desaparecerá por completo, pero a lo largo de los siglos XIV y XV, la fragmentación feudal irá cediendo de forma progresiva ante la emergencia de nuevos estados soberanos, en los que se desarrollará un tipo diferente de administración. La prosperidad regresará y, de nuevo, tanto el comercio como la industria volverán a despuntar. Europa ha de exprimentar un renacimiento social politico, económico y cultural.

En la campaña de 1240-41, los mongoles saquean Kiev y Cracovia; el ejército de los príncipes alemanes y polacos es derrotado en Liegnitz y el ejército húngaro en Sajó, siendo saqueada Pest, mientras un grupo de mongoles llega al Adriático a la altura de Split, en la costa Dálmata. Los mongoles planean una campaña contra Europa occidental.