BITINIA

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JUAN CRISÓSTOMO es depuesto como obispo de Constantinopla y es desterrado.


La enemistad de la emperatriz EUDOXIA -a la que JUAN CRISÓSTOMO había criticado ásperamente por su vida lujosa y por la comisión de diversas injusticias- unida al rencor de TEÓFILO de Alejandría — y a las intrigas de sus compañeros de episcopado, cristalizaron en el conocido “Sínodo de la Encina”, suburbio de Calcedonia. Fue allí donde TEÓFILO convocó a treinta y seis obispos, de los que siete eran egipcios y todos enemigos de JUAN CRISÓSTOMO. Tras negarse éste por tres veces a comparecer ante aquel sínodo, es depuesto en el 403. El emperador ARCADIO lo destierra inmediatamente a Bitinia pero la emperatriz lo hace volver al día siguiente lo que parece reconciliar a ambas personalidades. Pero en el año siguiente, 404, volverá de nuevo a ser desterrado esta vez a Cúcuso y posteriormente a Pitio, en el extremo oriental del Mar Negro.

A Balduino I le sucede en Constantinopla, ENRIQUE de Hainaut.


A Balduino I le sucede en Constantinopla, ENRIQUE de Hainaut. Con su victoria de Filipópolis contra los búlgaros, con sus conquistas en Bitinia y en Misia a expensas de los griegos de Nicea, permite la superviviencia del Imperio Latino. Hábil diplomático, sostiene buenas relaciones con el clero ortodoxo y consigue atraerse así la simpatía de la población indígena.