BONIFACIO I -papa- (28.12.418-4.9.422). Es un celoso defensor de los derechos de la Santa Sede, suprimiendo concesiones que su antecesor ha hecho a algunas iglesias occidentales. Actuando con gran tacto, evitará enfrentamientos con la conflictiva Iglesia de África; en cambio ejerce toda su autoridad para hacer expulsar de sus sedes a 18 obispos pelagianistas.

Al mismo tiempo que es nombrado papa BONIFACIO I, un grupo de diáconos que están descontentos ya desde hace tiempo del papa Zósimo, eligen a EULALIO quién se instala en el palacio Laterano como antipapa (28/12/418 – 3/4/419). Al no solucionarse el conflicto entre los dos bandos, se requiere al emperador Flavio HONORIO para que medie en la disputa.

El emperador HONORIO, convoca un sínodo en Cartago, convirtiéndose con ello en el primer emperador que interviene activamente en una elección papal. La presencia de los aspirantes en Roma y los conflictos que en la ciudad provocan los partidarios de uno y otro hacen que el sínodo no llegue a una decisión por lo que el emperador ordena la celebración de un segundo sínodo ordenando que ambos candidatos se alejen de Roma. Este segundo sínodo confirma en el trono papal a BONIFACIO I. EULALIO acepta la decisión del sínodo retirándose a Nepi de donde, posteriormente, bajo el pontificado de Celestino I, será nombrado obispo ejerciendo dicha dignidad hasta su muerte. Con esta acción, la iglesia da su anuencia a la intervención de la autoridad civil en asuntos eclesiásticos. Con objeto de impedir que a su muerte se pueda reproducir el cisma, el papa obtiene del emperador un decreto por el cual se establece que, en caso de que dos candidatos sean elegidos, no será consagrado sumo pontífice ninguno de ellos, debiéndose elegir a un tercero.

Fallece el Papa BONIFACIO I. BONIFACIO I ha dado todo su apoyo a AGUSTÍN de Hipona y los obispos africanos en su campaña contra el pelagianismo. Por otra parte, BONIFACIO ha seguido la línea de Inocencio I en el sentido de afirmar la obligación de todos los obispos -incluidos los orientales- de dirigirse a la sede romana, ya que la iglesia de Roma es la cabeza y las demás son sólo miembros.