FEDERICO II reacciona al debilitamiento del poder real originado por la querella con su hijo, así, en la Reunión Imperial (Reichsversammlung) en Maguncia el 25 de agosto de 1235, promulga la Primera Ley de Paz del País (Landfriedensgesetz) y los aliados de ENRIQUE son perdonados en la medida de lo posible.

Fallece en Martirano por una caída de su caballo cuando estaba siendo trasladado a otro castillo, ENRIQUE, rey de Alemania. FEDERICO, su padre, da orden de enterrar al joven hijo rebelde en el Duomo de Cosenza, envuelto en manteles reales y con todos los honores. Un fraile menor pronuncia la oración fúnebre comentando el verseto: “Abraham empuñó la espada para inmolar a su hijo para Dios”. ENRIQUE deja dos hijos, que son privados de los derechos de sucesión como su padre. El primogénito Enrique muere en 1242, en el mismo años que su padre; y al segundo, FEDERICO, su abuelo el emperador FEDERICO II, le confiará en su testamento, el Ducado de Austria y el Marquesado de Estiria, pero nunca asumirá el gobierno de estas tierras y morirá pocos años más tarde, en 1251 o 1252, soltero y sin descendencia.