REINO FRANCO ORIENTAL (Inicios) (888-962)

Total de piezas: 66

ZSOLT, nombrado rey de los húngaros.


ZSOLT, nombrado rey de los húngaros (907-947). Los magiares derrotan a los francos orientales en la Batalla de Bratislava, y ocupan momentáneamente -en la fecha- el territorio de la Marca del Este (Austria).

Esta pieza también aparece en ... HUNGRÍA / Húngaros. Magiares

La conducta de los benedictinos pierde su pureza. Surgen los cluniacenses.


La profunda religiosidad de la época, unida al deseo de asegurar la salvación eterna de las almas, termina comportando la afluencia de donaciones a los monasterios. Con la acumulación de bienes, la conducta de los monjes empieza a flexibilizarse y el espíritu benedictino pierde su pureza. GUILLERMO I el Piadoso duque de Aquitania funda -en la fecha- una abadía en una zona inculta y solitaria llamada en latín Cluniacum, cerca de Mâcon en Borgoña. Por ello recibirá el nombre de Cluny. Este noble caballero ha sido testigo de los devastadores efectos de la intromisión de los señores feudales en los asuntos de la Iglesia. En efecto, numerosos obispos son auténticos señores feudales, nombrados por los reyes o los príncipes, ordenados y consagrados precipitadamente y carentes por completo de vocación y de la necesaria formación teológica. De hecho, estos obispos son auténticos vasallos de quienes los han nombrado para el cargo en cuestión. El duque GUILLERMO viendo esto, decide que la abadía por él fundada no dependa de ningún señor temporal, ni siquiera de un obispo. A la única persona a la que el abad tendrá que rendir cuentas será el Papa en persona. Este hecho permitirá que se convierta en la principal impulsora de la reforma eclesiástica emprendida durante los siglos X y XI.

Los francos orientales son vencidos por unas tribus del Principado de Hungría en la Batalla de Lechfeld.


Los francos orientales son vencidos nuevamente por unas tribus del Principado de Hungría en la Batalla de Lechfeld.

Esta pieza también aparece en ... HUNGRÍA / Húngaros. Magiares

GARCÍA I muestra su voluntad de extender el reino hacia el sur a costa de las tierras musulmanas.


GARCÍA I muestra su voluntad de extender el reino hacia el sur a costa de las tierras musulmanas. Con ello, se sigue también en Castilla la línea del Duero como frontera con los musulmanes, línea que será la zona de lucha durante los próximos cien años. La tierra de nadie creada como protección por Alfonso I y Fruela I va desapareciendo. Juiciosamente los reyes leoneses no intentan extenderse por el este, que allá estan los vascos defendiendo ferozmente sus tierras. Por el lado de los Pirineos son los francos los que intentan medrar, pero después de lo de Roncesvalles se conforman con establecerse en el extremo mediterráneo de los Pirineos.

El normando Rollón consigue que se reconozca su autoridad sobre el ducado de Normandía.


CARLOS el Simple no está en condiciones de oponer gran resistencia a los vikingos noruegos, en un momento, además, en que aspira a hacerse con el reino de los francos orientales, tras la muerte de su primo lejano Luis IV el Niño. O sea que precisa concentrarse en ese propósito, y por ello ha decidido concertar la paz, lo mismo que hiciera Alfredo de Inglaterra con los daneses. El duque normando ROLLÓN, a su vez, reconoce teóricamente la soberanía del rey CARLOS. De ahí el otro sentido de la palabra: los normandos de los siglos XI-XIII son los hombres originarios de Normandía. Su expansión convierte a los normandos francófonos en uno de los elementos motores del renacimiento europeo de los siglos XI y XII. ROLLÓN promete acabar con el pillaje en las orillas del Sena, convertirse al cristianismo y casarse con Gisela de Francia, la primera hija de CARLOS III y su primera esposa. Los normandos crearán estados fundados en un sistema de relaciones de vasallaje dominado por el príncipe, que dispone de un gobierno centralizado. Estos normandos de Francia adoptarán muy pronto la religión, la lengua y las costumbres del país. ROLLÓN adquirirá, al bautizarse, el nombre de Roberto.

Fallece sin herederos el rey de los francos orientales, LUIS IV el Niño, finalizando con él la dinastía de los carolingios


Fallece sin herederos el rey de los francos orientales, LUIS IV el Niño, finalizando con él la dinastía de los carolingios en el Reino de los francos orientales.

Fallece sin herederos LUIS IV el niño, rey de los francos orientales. Es designado CONRADO I.


Habiendo fallecido sin descendencia Luis IV el Niño, la nobleza designa al duque de Franconia, CONRADO, rey de Alemenia como CONRADO I (911-918). Su reinado transcurrirá en luchas infructuosas con los demás ducados a fin de establecer el orden interno. Por otra parte, habrá de hacer frente a las continuas incursiones magiares que desde el año 894, desde el Este, propagan la destrucción de tal manera que todavía se les recuerda como los “ogros” en las leyendas occidentales. CONRADO I es considerado como el primer rey alemán. Generalmente se establece este año, 911, como fecha del paso del Imperio Oriental de los francos al Imperio Alemán. Y es que en el siglo X, los principales beneficiarios del debilitamiento del poder real entre los francos, son los “príncipes”, personajes dinámicos que acumulan poder por distintos medios: matrimonios ventajosos, obtención de títulos como el de “dux”, apoderamiento de condados, establecimiento de redes “fideles”, asunción de muchas de las funciones económicas y judiciales de los “bannum” (autoridades públicas carolingias) y ejercicio de un liderazgo militar efectivo.

La influencia benéfica de Cluny se extiende por toda la Europa Occidental.


El ejemplo de Cluny cunde y Gerardo de Brogne realiza una semejante renovación entre los benedictinos de Flandes. Otros benedictinos le imitan en la región entre el Mosela y los Vosgos. Alemania tiene su Cluny en Hirachau, así como Italia logra reunir en torno a la abadía de Cava sus más de 300 monasterios.

El papa JUAN X corona como emperador a BERENGUER de Friuli (BERENGARIO)


El papa JUAN X corona como emperador a BERENGUER de Friuli (BERENGARIO) que se ha autoproclamado emperador en 915 (915-924) al vencer al anterior Luis III el Ciego, a cambio del juramento de garantizar los derechos y el patrimonio de la Santa Sede.