SANTA CLOTILDE (Esposa de Clodoveo I)

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GUNDEBALDO, rey de los burgundios, firma un pacto de no agresión con el jefe franco CLODOVEO I.


GUNDEBALDO, rey de los burgundios, firma, en la fecha, un pacto de no agresión con el jefe de los francos CLODOVEO I, que se casa con su hija CLOTILDE. Se especulará con la idea de que el matrimonio de CLODOVEO con CLOTILDE, que es católica, es ideado y arreglado por los obispos con el propósito de convertir a la fe al real esposo. Aunque la decisión no está exenta de consideraciones políticas, parece ser que a CLODOVEO le ha emocionado lo mucho que ha oído de la vida de Cristo. Se dice que cuando se le ha relatado la historia de la crucifixión, el rey ha exclamado: «¡Ah, si yo hubiera estado allí con mis francos!».

Es bautizado CLODOVEO I, rey de los francos.


Es bautizado CLODOVEO I, jefe de los francos merovingios. De hecho, CLODOVEO, antes de la batalla de Tolbiac contra los alamanes, ha prometido que si consigue la victoria, se convertirá al Dios que adora CLOTILDE su mujer (Sta. Clotilde). Por eso Francia recibe el apelativo de “hija primogénita de la Iglesia”. Junto con 3.000 de sus aguerridos soldados, CLODOVEO I se hace bautizar por S.REMIGIO en Reims. Este bautismo sienta un precedente: la investidura canónica de los soberanos franceses. Casi todos los reyes hasta Carlos X, 1824, serán consagrados en Reims. De esta manera logra tener el apoyo del clero galo-romano, -contrario al cristianismo herético arriano profesado por los visigodos- y puede consolidar su dominio sobre la Galia entera logrando la unión definitiva entre los francos y los galorromanos, formando de este modo un nuevo reino en una nueva nación: Francia. Con CLODOVEO I puede decirse que comienza la historia de Francia y en su lengua, todos los germanos llevan el nombre de la tribu que derrotó CLODOVEO I: alamanes. Cuatro siglos después todos los pueblos bárbaros de Europa occidental se habrán convertido al catolicismo.

Los reyes francos invaden Burgundia a la que derrotan


Los reyes francos CLOTARIO I, CLODOMIRO y CHILDEBERTO I, hijos del difunto Clodoveo, invaden Burgundia a instigación de CLOTILDE, la viuda de Clodoveo. Su rey SEGISMUNDO y su hermano GUNDEMARO son derrotados pero pueden escapar. SEGISMUNDO es traicionado y entregado al rey de los francos, CLODOMIRO. El mando en Burgundia pasa a GUNDEMARO (524-534).