IVÁN III el Grande, dotado de gran capacidad, reino en Rusia (1462-1505). De este tiempo data el uso por los soberanos rusos del águila bicéfala y el título de zar, equivalente al latino de césar. IVÁN inició sus relaciones con Occidente.

En 1471, IVÁN III casa con Zoe, sobrina de Constantino IX, el último emperador bizantino. En virtud de este matrimonio, IVáN III (y todos sus sucesores) se proclama heredero del Imperio bizantino y protector universal de la Iglesia ortodoxa. IVÁN toma el título de tsar («Caesar»), reconstruye el Kremlin de Moscú recurriendo a arquitectos italianos, y adopta en gran medida la pompa y los fastos imperiales. Moscú será declarada la «Tercera Roma», después de Roma misma y de Constantinopla.

IVÁN III también expande el territorio de Moscovia atacando Nóvgorod en dos guerras, y anexionándoselo al concluir la segunda en 1478. Con esto Moscovia se transforma en Rusia, pues Moscú controla ahora la mitad septentrional de lo que llegará a ser la Rusia europea. Claro que se trata de un territorio apenas poblado. Aunque Rusia se ha convertido en la nación más vasta de Europa, y desde entonces lo ha seguido siendo, su población asciende a sólo 7 millones de habitantes, mientras que Francia tiene 12 millones.

IVÁN III se adueña de todos los pequeños principados que quedan en el norte de Rusia, y en 1480 se niega a pagar tributo a los tártaros. Una vez más, éstos invaden el territorio y se dirigen a Moscú, pero IVÁN III logra rechazarlos y endurece su negativa a pagar. Al cabo de doscientos cincuenta años, el corazón de Rusia queda libre del yugo tártaro. Más adelante, una guerra con Polonia se traducirá en algunas ganancias en el Oeste, incluyendo la ciudad de Smolensk, lo que dejará sentado que IVÁN III es el monarca ruso más afortunado desde los viejos tiempos de Kiev. De todos modos, a lo largo de los siguientes años, Rusia y Polonia librarán confusas guerras que determinarán fluctuaciones a su frontera común en torno a la disputada ciudad de Smolensk.

En 1503 muere IVÁN III y le sucede su hijo BASILIO III (1503-1533). Durante su reinado, Rusia continuará su lenta consolidación como potencia.