LEÓN VII (Papa) (936-939)

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LEON VII es entronizado Papa.


LEON VII es entronizado Papa (3.1.936 – 13.7.939). Desaparecida Marozia, su hijo, ALBERICO II, gobernará Roma hasta su muerte, en 954, con el título de “príncipe y senador”. A pesar de sus antecedentes familiares y de sus propias y bárbaras acciones, ALBERICO II será un buen gobernante temporal y su intervención en los asuntos religiosos será beneficiosa para la Iglesia. El papa LEÓN VII se plegará totalmente a los deseos de su protector -ALBERICO II- al igual que en los decenios anteriores lo hicieron sus predecesores con Marozia, la madre de Alberico.

LEÓN VII nombra vicario apostólico y legado pontificio, en Alemania, al arzobispo de Maguncia.


El Papa LEÓN VII interviene mediando entre su protector ALBERICO II y HUGO de Arlés, el tercer marido de Marozia, que como rey de Italia le disputa el poder sobre Roma. LEÓN VII convence a ODÓN, el abad de Cluny , para que se desplace a Roma e intervenga en la disputa, que se solucionará con el matrimonio entre ALBERICO II y la hija de HUGO, Alda. La visita de ODÓN a Roma es aprovechada por ODÓN para convencer al Papa LEÓN VII y a ALBERICO para que le presten su apoyo en la reorganización del monacato que pretende llevar a cabo, no sólo en la zona de Borgoña, donde se situa la abadía, sino en toda Europa. LEÓN VII nombra vicario apostólico y legado pontificio, en Alemania, al arzobispo de Maguncia, Federico, a quien prohibe que bautice a la fuerza a los judíos alemanes aunque le autoriza a que los expulse de las ciudades si rehusan dicho sacramento. Con este papa se inicia una renovación eclesial. Este papa vuelve a ocuparse de la Iglesia ecuménica olvidada por sus antecesores sólo preocupados por Roma.