Se instituye, en la fecha, el “Estado cristiano de Tierra Santa”. Pero el piadoso GODOFREDO de Bouillon rehusa llevar la corona real donde Cristo había llevado la corona de espinas, y sólo acepta el título de “Defensor del Santo Sepulcro”. El Estado cristiano de la Tierra Santa se organiza conforme al sistema feudal: Se asegura la defensa mediante la institución de un ejército permanente y las órdenes religiosas militares, los Hospitalarios de San Juan y los Templarios. Al mismo tiempo algunos de sus caballeros se erigen en guardianes del Santo Sepulcro y fundan una Orden Militar que el Papa reconocerá en el año 1125. GODOFREDO de Bouillon restaurará la antigua sede episcopal de Santiago Apóstol, cuyos titulares ostentarán el título de Patriarcas de Jerusalén.

Al mismo tiempo que los cruzados de la Primera Cruzada entran en Jerusalén, muere en Roma el Papa URBANO II.

GODOFREDO se ve obligado a defender el nuevo Reino de Jerusalén de los ataques de los Fatimitas de Egipto, a los que derrota en la Batalla de Ascalon en Agosto de 1099.

GODOFREDO de Bouillon muere en la fecha. Cunde en el Estado cristiano de Tierra Santa la amenaza de la discordia. El fervor inicial ha sido bien pronto reemplazado por la relajación de las costumbres. La turbia situación originada por un triste complejo de causas, unida a la hostilidad del gobierno bizantino y de los turcos, anula rápidamente una gran parte de las ventajas conseguidas con el heroismo de la primera cruzada.

Para suceder a Godofredo de Bouillon es coronado rey de Jerusalén, su hermano BALDUINO I de Bouillon (1100-1118), quien acepta el título de rey de Jerusalén. Con ayuda de las flotas de Génova, Pisa y Venecia, conquista el litoral sirio, repuebla Tierra Santa atrayendo a cristianos de países sometidos todavía a los musulmanes e impone cierta disciplina a los turbulentos señores feudales de Occidente instalados en Palestina. Sus sucesores, Balduino II, Fulco y Balduino III de Anjou (con su madre Melisenda) defenderán apuradamente el reino de la contraofensiva musulmana de Zengï y Nür ad-Dïn, encaminada a la unificación de Siria.

Se establece por BALDUINO I de Bouillon -que ha sucedido a su hermano Godofredo de Bouillon-, un Estado feudal, el Reino Latino de Jerusalén, en el litoral palestino, si bien los contingentes europeos que van llegando no se mezclarán con las gentes que habitan el país. En efecto, desde entonces, el reino de Jerusalén será el amparador de los peregrinos cristianos y las Cruzadas posteriores serán suscitadas para defenderlo de los ataques turcos. Con Jerusalen caen todas las demás ciudades costeras.

Diecinueve años después de la conquista de Jerusalén por los cruzados, dos caballeros franceses, -HUGO DE PAYENS y GODOFREDO DE SAINT-OMER, se encuentran en Jerusalén y dándose cuenta de las dificultades que los peregrinos que iban a Tierra Santa tenían para llegar a su destino, decidieron fundar una orden militar que se encargase de protegerlos y al mismo tiempo se dedicase a la defensa del sepulcro de Cristo. Había nacido la que más tarde sería la Orden del temple o de los Templarios

Muerte del rey BALDUINO I de Jerusalén

La Orden de Malta tiene su primera sede en Jerusalén, en 1142, en el castillo del Crac de los Caballeros.

El comercio entre Tierra Santa y Occidente es muy próspero. De Occidente salen armas, maderas, tejidos de lana, halcones amaestrados… En Levante, los mercaderes compran a las caravanas especias, sedas y piedras preciosas de las Indias, y adquieren los productos manufacturados del mundo musulmán: tejidos, tapices, objetos metálicos y de vidrio, perfumes y jabones. También compran productos agrícolas de Tierra Santa muy apreciados en Occidente, como los agrios, dátiles, higos y albaricoques, secados al sol o confitados, considerados como exquisitos manjares. Numerosos viñedos producen vinos de grado y cuerpo, licorosos, que son muy apreciados y se comercializan con los nombres de vinos de Gaza o de Ascalón. El azúcar, producto raro y precioso entonces, que se utiliza en Occidente como medicamento, se obtiene de las plantaciones de caña. Gracias a las cruzadas, podrán los occidentales cultivar el gusto por los productos exóticos y encontrar fuentes de abastecimiento. Entre las escasas innovaciones aportadas por las cruzadas están el albaricoque y la técnica de conservación con azúcar (confituras y frutas confitadas)