Uno de los primeros actos del papa GREGORIO IX es canonizar a FRANCISCO de Asís apenas dos años después de su muerte. La canonización se celebra con toda solemnidad, en la fecha, en la explanada delante de la iglesia de San Jorge (actual Plaza de Santa Clara), donde el santo ha sido sepultado provisionalmente menos de dos años antes.

El Santo Tribunal de la Inquisición se ha establecido en Navarra hacia mediados del siglo XIII, y en abril de 1248, INOCENCIO IV elige para inquisidores de este reino a un franciscano y a un dominico.

Paralelamente, el resurgir de las ciudades va acompañado de un nuevo concepto de la práctica religiosa. Poco a poco, los monasterios, aislados en el campo, pierden importancia religiosa en beneficio de las órdenes mendicantes (dominicos, franciscanos) que actúan en los núcleos urbanos. Poco a poco, los monasterios irán perdiendo la importancia social y religiosa que han mantenido hasta ahora. Los conventos urbanos y sobre todo las grandes catedrales, en las que el estilo románico deja paso al gótico, comienzan a regir y a orientar la vida religiosa de las multitudes. Los viejos monasterios, aislados en el campo, seguirán existiendo, rezando y trabajando, pero el pueblo cristiano dejará de considerarlos la única fuente o instrumento válido para su progreso material y espiritual. Comienza una nueva época.

NICOLÁS III envía, en la fecha, a unos franciscanos a China pero no podrán pasar de Persia.

Para solucionar las disputas existentes en el seno de los franciscanos sobre el alcance de la regla de pobreza, el papa NICOLÁS III publica en 1279 la bula Exiit qui seminat estableciendo la observancia por los miembros de la Orden de una estricta pobreza.

El papa HONORIO IV aprueba los privilegios de los Carmelitas, a quienes permite cambiar su hábito rayado por el blanco, y de los ermitaños Augustinos; condena por el contrario por heréticos a los Hermanos apostólicos. Por otra parte, las dos órdenes religiosas más importantes, Dominicos y Franciscanos, recibieron muchos privilegios de Honorio IV, y fueron las encargadas de las labores inquisitoriales.

Juan de Montecorvino, franciscano, misionero, nacido en 1247 en Montecorvino, cerca de Salerno (Italia), es enviado, en 1289, por el papa NICOLÁS IV a Pekín como legado suyo. Llegará a China en 1294 y de inmediato comenzará un intenso apostolado, principalmente entre los nestorianos.

El franciscano Montecorvino permanece él solo hasta que, en 1303, llega a Pekín el franciscano alemán fray Arnoldo; poco después Montecorvino escribe varias cartas a Europa pidiendo misioneros.

CLEMENTE V crea un arzobispado en Pekín, a la cabeza del cual coloca al franciscano Juan de Montecorvino para premiar el éxito obtenido por éste en su misión de conversión, a pesar de la oposición de los nestorianos.

Hacia el final de sus días, Juan de Montecorvino tiene la alegría de tener consigo durante tres años al beato Odorico de Pordenone, también franciscano. Muere en la fecha. A su muerte, desaparecerá pronto de China todo vestigio de cristianismo romano por la dificultad de enviar nuevos misioneros.