CLEMENTE V (Papa)(1305-1314)

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Clemente V traslada la sede papal de Roma a la ciudad de Aviñón.


El Papa CLEMENTE V es un hombre débil, que padece una cruel enfermedad, y el monarca francés FELIPE IV ejerce sobre él una gran influencia. Por eso no le cuesta trabajo convencerle de que, debido a sus desavenencias con el Imperio y a la agitación política que se vive en Roma, se quede en Francia. Así, pues, en 1309 CLEMENTE V traslada la sede papal de Roma a la ciudad de Aviñón que no es territorio francés ya que pertenece al Reino de Nápoles. Concretamente se instala en el convento de los dominicos de esta ciudad, orden a la que pertenece. Por otra parte, se aprovecha la relativa cercanía con Vienne donde, en 1311, debe celebrarse un concilio ya convocado.

Durante el período1309-77, los papas residirán primariamente en Aviñón.


Lo que se inicia como un acto pasajero se convertirá en permanente hasta 1377 y, durante siete pontificados, Aviñón será la sede pontificia, conociéndose históricamente dicho periodo como “la Segunda cautividad de Babilonia”. Este periodo finalizará cuando el papa Gregorio XI retorne a Roma. Los siete papas del período serán franceses, así como 111 de los 134 cardenales. A partir de 1309 cambia decisamente el aspecto y la historia de Aviñón. La llegada de los papas a Aviñón, por otra parte, es la ocasión de oro para el desarrollo de de la pequeña ciudad vecina de Villeneuve-les-Aviñón ya que muchos cardenales que no encuentran en la ciudad papal vivienda digna de ellos, se hacen construir en Villeneuve unas 15 residencias espléndidas.

La única esperanza de los templarios está puesta a pesar de todo en el Papa CLEMENTE V.


La única esperanza de los templarios está puesta a pesar de todo en el Papa CLEMENTE V. Saben perfectamente que el rey FELIPE IV de Francia, no les dará ocasión ninguna de defenderse y confían en que un tribunal eclesiástico presidido por el Sumo Pontífice los escuche y obre en justicia. Pero el rey no quiere de ningún modo que la Orden del Temple se le escape de las manos y nombra una comisión formada por eclesiásticos de su confianza para que, tras una parodia de proceso, sean condenados sin dilación. FELIPE IV hace acelerar el juicio hasta el punto que, sin esperar más, dispone que 54 caballeros, que habiendo declarado contra sí en el tormento se han declarado luego inocentes de toda culpa, sean declarados relapsos, degradados por el obispo de París y entregados al brazo secular. Veinticuatro horas después serán quemados vivos ante la mirada sorprendente de los parisinos.

El papa CLEMENTE V hace muchas reformas en el Santo Oficio a favor de la clemencia.


En el peligroso tema del tormento se dan, desgraciadamente, algunos abusos. El papa CLEMENTE V, que hace muchas reformas en el Santo Oficio, insistiendo, por ejemplo, en que las prisiones sean más limpias y humanitarias, en lugar de los oscuros antros en que se suele encerrar a los presos, decreta en 1311 que ningún Inquisidor puede emplear el tormento sin obtener previamente la autorización para ello del Obispo de la diócesis. Ésta es una tremenda limitación a favor de la clemencia. Otra restricción es que ningún preso puede ser torturado más que una vez, ni más de media hora seguida. Algunos Inquisidores, excesivamente entusiastas, aplican una “continuación”, y no una repetición. Sin embargo en los documentos de procedimientos inquisitoriales hasta nosotros llegados, las referencias al tormento son notablemente escasas.

El resultado del juicio -Bula “Rex gloriae”- es declarar a FELIPE IV inocente.


El resultado del juicio -Bula “Rex gloriae”- es declarar a FELIPE IV inocente de todos los actos de salvajismo ejercidos contra BONIFACIO, y hasta NOGARET es “disculpado” por haber sido el autor material del secuestro y tortura del papa; éste, por su parte, es declarado inocente del delito de herejía que se le ha imputado, pero culpable de obstinación. Mucho agrada este fallo a FELIPE, cuya codicia y avaricia son proverbiales, porque premia a la sede pontificia con cien mil florines “para sufragar los gastos del proceso

Inicia sus sesiones el Concilio Ecuménico de Vienne. Están presentes los reyes de Francia, de Inglaterra y de Aragón.


CLEMENTE V ha convocado el Concilio Ecuménico de Vienne población del Delfinado en tierra francesa: (XV Concilio Ecuménico). Inicia, en la fecha, sus sesiones con asistencia de muchos cardenales, más de trescientos obispos y muchos priores y abades. Tan sólo se celebrarán tres sesiones: la de inauguración (16 de octubre de 1311), otra para principalmente abolir la Orden de los Templarios (22 de marzo de 1312) y la de clausura (el 6 de mayo de 1312). En la sesión inaugural están también presentes el rey de Francia, FELIPE IV el Hermoso, EDUARDO II rey de Inglaterra y JAIME II rey de Aragón.

El Papa Clemente V decide actuar fuera del Concilio y anula la Orden de los Templarios.


En el Concilio de Vienne, los obispos piden que se reabra el proceso contra los templarios. La mayoría de los prelados, a excepción de los arzobispos de Reims, Sens y de Ruan, declaran que no pueden juzgar sin un maduro examen oyendo desde el principio a los acusados y a los testimonios. Enterado de esto el rey de Francia FELIPE IV, corre hacia Vienne con sus hijos, los príncipes y varios nobles escogidos, se sienta en el Concilio a los pies del Papa confiando en que su presencia intimide a los recalcitrantes, pero los obispos se le oponen. El Papa CLEMENTE V decide entonces actuar fuera del Concilio y, por medio de la Bula “Vox in excelso”, decreta la disolución –no la condena- de la Orden de los Templarios como inútil y peligrosa y, asimismo, que sus bienes pasen a los Hospitalarios. Es el final.