La inesperada muerte del condestable PEDRO de Portugal, conde de Barcelona, podría haber acelerado el fin del conflicto, pero la Generalitat de Catalunya ofrece los títulos de la Corona de Aragón a RENATO I de Nápoles o de Provenza o de Anjou el Bueno (1466-1472) que cuenta con el apoyo de LUIS XI de Francia, quien sueña con anexionarse Catalunya y por ello, retiene la posesión del Rosellón y la Cerdanya. En la fecha, acepta la corona. Continúa la guerra en Catalunya contra JUAN II de Catalunya-Aragón. RENATO d’Anjou no se traslada a Catalunya. Envía tropas francesas y napolitanas dirigidas por su hijo, JUAN de Lorena y su nieto, JUAN de Calabria, que se instalan en Perpinyà para activar la campaña en nombre del nuevo rey. La crisis económica alcanza una magnitud como nunca hasta ahora se había sufrido.

Muerto Felipe III el Bueno heredará el ducado de Borgoña y el título de Gran Maestre y jefe soberano del Toisón de Oro, su hijo CARLOS el Temerario (1467-1477). Durante su vida, pondrá todo su empeño en potenciar la Orden del Toisón de Oro revistiéndola de gran pompa y aparato, concediendo los collares a aquellos monarcas extranjeros con los que se busque alianzas. CARLOS el Temerario tratará de consolidar y acrecentar su poder con medidas centralizadoras y de control político. CARLOS el Temerario, primo en tercer grado de LUIS XI (ambos son tataranietos de Juan II de Francia, caído prisionero en la batalla de Poitiers más de un siglo antes), es colérico, impaciente y más impulsivo que reflexivo: el reverso de la medalla de LUIS XI. Lo que CARLOS deseaba es hacer de Borgoña una nación independiente y convertirse él en su rey. Y lo que quiere LUIS es convertir Borgoña en una parte de Francia y poner a los duques al servicio de la monarquía francesa. Por un momento, prevalece CARLOS. Extiende y refuerza su territorio, efectúa incursiones en Francia e incluso toma prisionero a LUIS en una ocasión.

En el año de la fecha, los reyes de Francia -LUIS XI- reciben del Papa PABLO II, la titulación de Cristianísimos.

Francisco II, último duque de Bretaña (1458-1488), se enfrenta a LUIS XI de Francia e intenta conservar !a independencia del ducado mediante alianzas con Borgoña, !nglaterra o el archiduque MAXIMILIANO de Austria.

Por otra parte, en la fecha, el hijo de Enrique VI muere en la batalla de Tewkesbury. Los lancasterianos están ahora muertos o en el exilio. Vuelve a ocupar el trono de Inglaterra EDUARDO IV (1471-1483). Esto no acaba de ningún modo con la guerra civil. El descontento contra EDUARDO es tan agudo como el que suscitaba Enrique, y LUIS XI de Francia lo fomenta astutamente y apoya a cualquiera que continúe la guerra, pues es obvio que una Inglaterra ocupada en la guerra civil no puede inquietar a Francia.

En 1473, CARLOS el Temerario, duque de Borgoña, parece a punto de recibir su largamente anhelada realeza del emperador del Sacro Imperio romano. Pero LUIS XI de Francia maniobra con paciencia, según su manera de actuar solapada, atrayéndose a los aliados de Carlos a su propia causa, y procurándole nuevos enemigos. Cuando CARLOS, en sus esfuerzos de expansión, decide incorporar los cantones suizos, LUIS se preocupa de que los suizos dispongan del dinero que necesitan para resistir. CARLOS actúa con su característica temeridad.

CARLOS el Temerario, duque de Borgoña, es un peligro para Francia y el sutil LUIS XI de Francia convence a los suizos para que ataquen sus estados y firmen la paz con Austria. Sobreviene un gran conflicto internacional en el que se enfrentan Francia, Suiza y las ciudades de Alsacia contra el bando formado por Borgoña, Saboya y el ducado de Milán.

CARLOS el Temerario (1467-1477), duque de Borgoña, intenta reconstituir la antigua Lotaringia a costa del Imperio, pero tropieza con LUIS XI de Francia, que logra, en la fecha, aislar al duque de Borgoña mediante una hábil política de alianza con Inglaterra (Tratado de Picquigny)

El rey de Francia, LUIS XI, ordena que a Carlomagno se le rinda los honores de santo, amenazando con pena de muerte a quien intente rehusar este culto. Así se hizo hasta la muerte del rey en 1483.

En la Península Ibérica, al bando anti-isabelino se suma también Francia, cuyo monarca, LUIS XI, mantiene un contencioso con el rey de Aragón JUAN II.