Nace PEDRO (el futuro PEDRO I el Cruel) hijo de ALFONSO XI, rey de Castilla y León, y de MARÍA de Portugal. PEDRO I será llamado el Cruel por sus detractores, y el Justiciero por su partidarios. Su educación estará muy descuidada, pues ALFONSO XI, llevado de su amor a Leonor Núñez de Guzmán, abandonará la crianza de su heredero a MARÍA de Portugal, la reina consorte, que vivirá con su hijo en el alcázar de Sevilla.

Sube al trono de Castilla PEDRO I el Cruel (1350-1369). Único hijo legítimo de Alfonso XI, y de María de Portugal. Será el último rey de la casa de Borgoña. PEDRO I el Cruel, como ha ocurrido con tantos de sus antecesores, hereda la corona cuando es aún muy joven para gobernar. Tiene dieciséis años. La lucha por el poder será larga. El primer asalto lo gana la reina madre, MARÍA de Portugal y sus partidarios. El gobierno recae en JUAN ALFONSO de Alburquerque, que le había servido de ayo. Éste, sospechando de las intenciones de la ex-amante de su padre, LEONOR de Guzmán, aconseja al rey que prenda a sus hermanastros: el conde ENRIQUE de Trastámara y el maestre Fadrique de la Orden de Santiago. Durante dos años, JUAN ALFONSO permanecerá al frente del gobierno de Castilla. Su actitud será intransigente y aplastará cualquier resistencia, como las surgidas en Burgos, Vizcaya y Andalucía. Garcilaso de la Vega, Alfonso Fernández Coronel y varios regidores, entre otros, serán ejecutados.

El carácter de PEDRO I el Cruel, del que es reflejo su sobrenombre, dará pie a la leyenda de que no es realmente hijo de ALFONSO XI. No puede concebirse que tal personalidad sea herencia de la casa reinante. Se forjará, por tanto, la leyenda de que el auténtico vástago real ha sido sustraído y cambiado por el hijo de un judío llamado Pedro Gil. De acuerdo con ello, quienes le defienden serán conocidos como emperejilados.

Mientras ha vivido Alfonso XI, su amante LEONOR ha coneguido títulos y privilegios en número exagerado para sus hijos tenidos con el rey. Esto ha sido la causa del descontento de numerosos nobles, y sobre todo de la reina legítima, doña MARÍA de Portugal, y del infante heredero, PEDRO, más conocido como PEDRO I el Cruel o el Justiciero. Éstos tienen ocasión para la revancha al morir Alfonso XI. Aunque LEONOR y sus hijos llegan a un acuerdo con PEDRO I para integrarse pacíficamente en su corte, la situación sigue siendo inestable.

Pronto surgen diferencias entre los monarcas castellano (PEDRO I el Cruel) y aragonés (PEDRO el Ceremonioso). Sus relaciones son tirantes. Castilla es aliada de Génova por necesidades comerciales. Pero existen otros factores de tirantez, como la presencia en Castilla de la reina LEONOR (madrastra de PEDRO el Ceremonioso) y sus hijos FERNANDO y JUAN. Llega incluso PEDRO I el Cruel a ambicionar que FERNANDO pueda destronar a su (de fernando) hermanastro PEDRO el Ceremonioso. Por su parte PEDRO tiene otra carta: la de ENRIQUE de Trastamara -hermano ilegítimo de PEDRO I el Cruel- que ambicionaba el trono de Castilla.

En 1350 muere JUAN NÚÑEZ de Lara, señor de Vizcaya, también sin descendientes varones. Por segunda vez se abre un pleito sucesorio en Vizcaya. El rey PEDRO I de Castilla (1350-1369), está convencido de que el interés de la corona es lograr la incorporación del señorío al realengo, pero esto es difícil ya que la nobleza del reino puede no consentirlo y la propia estructura de la tierra lo dificulta. En este momento, y como consecuencia del crecimiento experimentado, Vizcaya cuenta con siete merindades (Zornoza, Arratia, Bedia, Uribe, Busturia, Marquina, Durango) que agrupan a las anteiglesias, los diez valles de las Encartaciones y las villas.

Declarada la vacante en el señorío de Vizcaya, surgen dos candidatos: TELLO, hijo bastardo de ALFONSO XI, hermanastro, por tanto, de PEDRO I y casado con JUANA NÚÑEZ de Lara, y el infante don JUAN de Aragón. PEDRO I reconoce el primero como efectivo señor, pero alimenta también las esperanzas del segundo. En realidad, proyecta deshacerse de ambos para incorporar de hecho el señorío a la corona.

A mediados de agosto, PEDRO, con 16 años de edad, cae gravemente enfermo. La posible sucesión apunta con razón hacia su primo carnal Fernando de Aragón, marqués de Tortosa y sobrino de ALFONSO XI, en tanto que otros indican a Juan Núñez de Lara, descendiente de los infantes de la Cerda por línea masculina. Esto, pese a la renuncia formal de éstos a cambio de substanciosas propiedades en tiempos del abuelo de Pedro Fernando IV de Castilla. El restablecimiento del joven rey conduce a levantar el sitio puesto a Gibraltar y que cese toda guerra con los africanos. Convaleciente, permanece PEDRO en Sevilla -donde se encuentra enterrando a su padre- hasta los comienzos del año de 1351, yendo después a Castilla con su madre y a Alburquerque.

En 1351, PEDRO I el Cruel (o su consejero Juan Alfonso de Alburquerque, hombre de confianza de María de Portugal), convencido de que la amante de su padre es la instigadora de las sublevaciones, ordena que LEONOR (madre de ENRIQUE) sea encarcelada y finalmente ejecutada en Talavera. Después de esto ENRIQUE huye a Portugal.

ENRIQUE, Conde de Trastámara, perdonado por PEDRO I y vuelto a Castilla, se subleva en Asturias (1352). Se reconcilia con su hermano sólo para rebelarse de nuevo contra él en una guerra larga e intermitente que terminará con la huida del Conde de Trastámara a Francia, donde entra al servicio de Juan II el Bueno.