VIFREDO el Velloso funda para su hija Emma, el Monasterio de Sant Joan de les abadesses. Quiere que este cenobio sea femenino y que en él ingresen las hijas de los nobles del país. VIFREDO el Velloso y su esposa WINIDILDA hacen ofrenda a Dios de su hija EMMA, que entonces tiene tan sólo dos años. La pequeña ingresa en el monasterio con dotes, rentas y servidores, y queda bajo la tutela del canónigo GOTMAR y de algunos sacerdotes. Cuando EMMA tiene cuatro años empieza a figurar ya como abadesa de las monjas benedictinas del monasterio.

Los bienes y las propiedades de la congregación de Sant Joan de les Abadesses han ido creciendo hasta el punto de que, a partir del año 898, se empiezan a establecer en torno al monasterio numerosas familias para trabajar las tierras que las monjas, por falta de tiempo, tienen sin cultivar. EMMA acaba siendo reconocida por más de 500 familias y por toda la región y también por dos de sus hermanos, SUNYER y MIRO, con quienes había mantenido en principio disputas por dominios territoriales.

Fallece EMMA, la hija de VIFREDO el Velloso, abadesa del cenobio benedictino que había hecho construir VIFREDO en Sant Joan de les Abadesses. La energía, la bondad y la sabiduría de EMMA son elogiadas por todos el día de su muerte en el año 942. El monasterio de Sant Joan es un conjunto próspero y pacífico, respetado y protegido por todas las jerarquias del país. Las sucesivas abadesas de Sant Joan se verán afectadas por toda una serie de disputas y peleas entre hermanos, parientes o amigos. En medio de aquella lucha de poderes que marcará los inicios de la configuración del futuro Principat de Catalunya, las abadesas ejercerán su función como buenamente puedan.

En el monasterio de Sant Joan de les Abadesses se establecerán posteriormente canónigos agustinianos y más tarde el monasterio de Sant Joan de les Abadesses se convertirá en colegiata. (COLEGIATA = Iglesia colegial = La que no siendo silla propia de arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales.)

La séptima y última de las abadesas de Sant Joan, que gobierna en el monasterio desde el 1003 hasta 1017, es INGILBERGA, hija del conde de Cerdanya, OLIBA CABRETA y hermana del abad OLIBA de Ripoll. INGILBERGA se ha enfrentado políticamente al ambicioso conde de Besalú BERNAT TALLAFERRO, quien, a través de influyentes amistades, consigue hacer llegar hasta el Papa una queja. El papa BENEDICTO VIII llama a la abadesa a Roma, pero ésta, asustada y desconcertada, no acude, lo que provoca que el papa firme una orden de expulsión de las monjas del monasterio. Algunos historiadores admitirán la existencia de anomalías y defectos en la conducta moral de las monjas y, en especial, de INGILBERGA, pero el hecho es que desde este momento el monasterio de Sant Joan de les Abadesses dejará de albergar a una comunidad religiosa femenina.