La solución definitiva al señorío de Vizcaya, que sigue vacante desde 1358 tras la huida de TELLO, es dada por ENRIQUE II (1369-1379) rey de Castilla y hermanastro de PEDRO y de TELLO. En 1369 reconoce los derechos de su hermanastro TELLO, que estaba refugiado en Francia, restableciendo así una legalidad que nunca se ha interrumpido del todo.

En Tortosa son elaborados los Pactos de Tortosa, alianza ofensiva-defensiva entre CARLOS II el Malo de Navarra y PEDRO el Ceremonioso contra ENRIQUE II de Castilla que ha quedado vencedor en la guerra civil contra Pedro I el Cruel. A esta alianza entre la Corona de Aragón y Navarra se unen también Portugal, Marruecos y Granada, en un intento de bloquear totalmente a Castilla.

ENRIQUE II apoyado por las Cortes reunidas en Medina del Campo, empieza su lucha para romper el bloqueo a que está sometido por PEDRO IV el Ceremonioso y sus aliados: Granada y Marruecos, Portugal y Navarra. El primero en ceder es el rey de Granada que, en la fecha, firma la paz y regresa a sus fronteras primitivas.

Cuando en el otoño de 1370 muere el último de los Manuel, de nombre TELLO -en circunstancias en cierto modo sospechosas- ENRIQUE II descubre en su esposa, la reina JUANA MANUEL, derechos que proceden de las tres Casas, HARO, LARA y la CERDA. Los reconoce, y, en consecuencia, entrega el señorío a JUAN, su propio hijo. En adelante, sin necesidad de establecer una jurisprudencia nueva, los reyes de Castilla serán al mismo tiempo señores de Vizcaya.

Las condiciones del tratado de 1371 por el que se reestablece la cuestión sucesoria de Pedro I el Cruel incluyen el matrimonio entre FERNANDO (hijo de PEDRO I, rey de Portugal) y Leonor de Castilla, hija de ENRIQUE. Pero antes de que la unión se celebre, FERNANDO se enamora apasionadamente de Leonor Téllez de Meneses, la esposa de uno de sus propios cortesanos, y consiguiendo la anulación del primer matrimonio de Leonor, no duda en hacerla su reina. Aunque internamente provoca una insurrección, la afrenta no tiene gran efecto sobre las relaciones con ENRIQUE, quien rápidamente promete su hija al rey CARLOS III de Navarra.

El 10 de mayo de 1371 es conquistada por ENRIQUE II la última plaza que resistía en manos de los petristas. Sus defensores, que no aceptan la rendición, son ejecutados. Dos hijos de Pedro I el Cruel son apresados: Sancho, que morirá poco después y Diego, que permanecerá cincuenta años encarcelado. Después, en las Cortes de Toro de 1371, ENRIQUE II anuncia su intención de atraer y perdonar a todos los petristas, o “emperejilados”. En los siguientes meses se alcanza un tratado de paz con Navarra y un acuerdo con Aragón que permiten a Castilla recuperar todas las plazas que había perdido.

JUAN I duque de Lancaster, es proclamado por el obispo Juan Gutiérrez rey de Castilla al mismo tiempo que contrae matrimonio con CONSTANZA, hija de Pedro I el Cruel. Otra hija de éste, ISABEL, es casada con EDUARDO, hermano del duque. El nuevo monarca reinará con el nombre de JUAN I y será inmediatamente reconocido por el Consejo Real inglés. Ante este nombramiento, ENRIQUE II reacciona con rapidez y anuncia a CARLOS V de Francia que puede contar con su escuadra para luchar contra los ingleses. Franceses y castellanos sitian La Rochelle. Cuando una flota inglesa, a las órdenes de Sir John Hasting acude a levantar el sitio, los navíos castellanos destruyen a los ingleses. Como consecuencia de esta victoria, los franceses se apoderan de La Rochelle y se inicia la hegemonía naval castellana en el Golfo de Vizcaya, que permitirá, a partir de entonces, el transpone de la lana española hasta el puerto de Brujas.

ENRIQUE II, en su lucha contra la alianza de los demás reinos peninsulares, ha derrotado primero a los granadinos (1370) y luego a los portugueses (1371), por lo que PEDRO el Ceremonioso, igual que los navarros, se ven forzados a llegar a un acuerdo, que se firma en la fecha.

Batalla de la Rochelle (Francia). Importante victoria de la flota castellana, mandada por Ambrosio Bocanegra, sobre la inglesa, que mantiene este puerto, uno de los más importantes de Europa. La armada castellana ha sido enviada en auxilio de los franceses por ENRIQUE II de Castilla, cumpliendo así el pacto de Toledo, de 1368. En el curso de la batalla naval, la escuadra inglesa es destruida por completo y su almirante, John Hastings, hecho prisionero. A continuación siguen una serie de actos de depredación de las flotas castellano-francesas en las costas inglesas del canal (1373-1374).

ENRIQUE II de Castilla se traslada hacia Navarra, por donde puede llegar el ejército del duque de Lancaster que ha sido nombrado, por los ingleses, rey de Castilla. Allí el legado pontificio concierta una paz perpetua entre Castilla y Navarra que se firma el 4 de agosto de 1373. El ejército que desde Calais avanza hacia España es hostigado constantemente de manera que cuando llegue a Burdeos, a finales de 1373, prácticamente habrá desaparecido como tal y las pretensiones del inglés habrán fracasado totalmente.