Los obispos catalanes proclaman que ven en Franco la concreción de la providencia.


Acabada la Guerra Civil de España (1936-1939), la Iglesia se pone a las órdenes del régimen para volver a conseguir un papel social de primer orden. Un ejemplo de esta sintonía lo encontramos en el abad de Montserrat Antoni Maria Marcet, que en 1939 afirma: “de una España arruinada y envejecida ha salido una España nueva, con un espíritu joven y heroico”. Igualmente, los obispos catalanes proclaman que ven en Franco la concreción de la providencia.