Tras la muerte de Almanzor, estallan disensiones en el Califato, luchas intestinas para controlar el poder. El gobernador del distrito o región al que pertenece Elvira, el beréber Zawi ben Ziri, venido a la Península en tiempos de Almanzor con un grupo de la tribu de los “zenetes”, erige esta región en reino, derrotando al Califa al-Mustazhir. Esta actitud precipitará la desintegración del Califato de Córdoba en los llamados “Primeros Reinos de Taifa”, distribuidos entre las distintas etnias: eslava, árabe y berberisca. La ciudad resulta seriamente dañada por lo que los árabes de Elvira buscan refugio en Garnata Akyejud, a orillas del Darro. Los musulmanes ya no se moverán del lugar y, desde el punto donde hoy se encuentra el barrio de San Matías, la villa comenzará a extenderse hasta unirse a la antigua Elvira, a la que acabará imponiendo su nombre: Granada.

La taifa de Tortosa se enfrenta con éxito a la de Zaragoza y, por otra parte, durante unos años domina Valencia coincidiendo con una importante renovación económica y cultural. La taifa firmará diversos pactos con los condes de Barcelona.

Los diversos reinos de taifas que se crean fronterizos a los condados de la Marca, evidencian enseguida, respecto a éstos, una clara inferioridad militar. Por este motivo, han de firmar pactos con los condados catalanes, que implican el pago de parias durante los siglos XI y XII. Las parias, constituyen un tributo de pago anual o incluso mensual como reconocimiento del dominio territorial, de indemnizaciones de guerra o de la protección militar. Entre los estados pagadores hay las taifas de Lleida, Tortosa, Zaragoza y Valencia y entre los perceptores, los condados de Barcelona, Urgell y Cerdanya. Para los condados de la Marca, las parias significarán un importante flujo monetario y permitirán, al mismo tiempo, el reforzamiento de la autoridad militar y territorial del conde de Barcelona.

Albarracín, o Santa María de Oriente, se proclama, en la fecha, taifa independiente. Los Banu Razin, una familia norteafricana de origen bereber, se ha fortificado en una zona de difícil acceso, al abrigo de una poderosa fortaleza, al menos desde el siglo X. Han obedecido al califa hasta que la autoridad de éste ha quedado en entredicho, momento en que se han independizado. Su primer rey, es el jefe de esta familia; su nombre es Hudayl ibn Jalaf (1012-1044). Este personaje quiere rodearse del lujo y el ceremonial que tienen los califas de Córdoba; claro que no es tan rico como ellos y su nuevo reino es pequeño y pobre, pero intenta emular a la Corte cordobesa dentro de sus posibilidades.

Hudayl ibn Jalaf, rey de Albarracín, adquiere una esclava cantora por la que paga tres mil dinares, unos cuatro kilos de oro. Esta esclava canta, baila, recita poemas… es una auténtica intelectual, y una gran atleta, pues también practica esgrima con extraordinaria habilidad. El rey de Albarracín crea en torno a su esclava más valiosa una “qasida”, una especie de conjunto músico-vocal que será reputado como uno de los mejores del siglo XI en todo al-Ándalus. Pero la labor más importante que realizará Hudayl ibn Jalaf, es la de consolidar su pequeño reino taifa, el primero de los que se crean al margen del califato de Córdoba.

La expedición sobre al-Ándalus realizada por los condados de la Marca en el año 1012, demuestra la poca fuerza bélica de la capital sarracena y, sin duda, este hecho, ha sido tenido en cuenta por los caudillos musulmanes de Lleida y Tortosa, de Zaragoza, de Mallorca, Valencia y Denia que se atreven a independizarse y constituir reinos particulares. Los condes de Barcelona, lógicamente, favorecen estas acciones que van contra la persistencia del poder musulmán. Así, a principios del siglo XI, el dominio musulmán en la Península, cohesionado hasta entonces, da paso a diversos estados islámicos o reinos de taifas (banderías), al desintegrarse el Califato de Córdoba. La independencia respecto al califato significará en general para estos estados el inicio de una breve etapa de esplendor económico y cultural, pero la rivalidad entre ellas provocará numerosos enfrentamientos.

Tras la desintegración del califato de Córdoba, las Baleares pasan a formar parte de la taifa de Denia, con una práctica independencia a partir de 1087.

En el año 1016, se forma el Taifa de Badajoz, obra del liberto esclavo Sabur, que independizándose de Córdoba, ejerce un libre dominio sobre gran parte de la antigua Lusitania, incluyendo la importante ciudad de Mérida.

En el año 1016, dos eslavos, de obediencia amirí, Mubarak y Muzaffar, se declaran autónomos del poder califal hammudí en la ciudad de Valencia y en todo su territorio. Es el primer taifa eslavo que se forma al que enseguida se unen Denia y Baleares.

En el año de la fecha, es impuesto como califa de Córdoba, ABDERRAMÁN IV. Su reinado es efímero ya que es un mero instrumento de los señores de las Taifas de Almería y Zaragoza, quienes le asesinan este mismo año, poco después de su proclamación.