FIESTA DE PASCUA

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ANICETO -papa- (155-166). Destacará en el pontificado de ANICETO su entrevista con POLICARPO.


ANICETO -papa- (155-165). Destaca en el pontificado de ANICETO su entrevista con POLICARPO, obispo de Esmirna quien, unos meses antes de su muerte, se traslada a Roma para tratar con el papa diversos temas que preocupan a la Iglesia de Oriente, en especial el de la fecha en que debe celebrarse la fiesta de Pascua. En efecto, al principio la fiesta de Pascua sólo se celebraba por los cristianos de Oriente, contentándose los de Occidente con la “fracción del pan” cada domingo. En todo caso, en estas fechas, todos los cristianos celebraban la Pascua, pero estaban divididos en cuanto a la fecha precisa. En algunas provincias de oriente, los cristianos conservaban el día de la Pascua judía. En todos los demás lugares se eligió el domingo siguiente a la fiesta judía. Es muy estimado el testimonio de POLICARPO, porque ha conocido a Juan, discípulo directo de JESÚS. El hecho de que constituye una especie de eslabón con los apóstoles y con Cristo, explica, por ejemplo el deseo del papa ANICETO de entrevistarse con él.

Se considera que la alegría de la Pascua debe prolongarse durante los cincuenta días siguientes.


Parece ser que, desde finales del siglo lI, se considera que la alegría de la Pascua debe prolongarse durante los cincuenta días siguientes. Muy pronto quedarán asociados a la celebración de Pascua los dos días que la preceden, como un tiempo de ayuno y preparación, en particular para los catecúmenos antes de ser bautizados en la noche pascual. La Cuaresma propiamente dicha, es decir, cuarenta días de preparación antes de Pascua, aparecerá un poco después de la paz de la Iglesia. El ayuno, prescrito inicialmente sólo para la semana anterior a la Pascua, se extenderá luego a los cuarenta días, que, por otra parte, se calculan de formas diferentes. Se pretende imitar los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto. La preparación al bautismo contribuirá a valorar la Cuaresma.