GUERRAS PÍRRICAS (282 aC -275 aC)

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Turios pide ayuda a Roma. Y Tarento ante la amenaza de Roma pide ayuda a Epiro que acepta.


En 282 a. C., la ciudad de Turios pide ayuda militar a Roma para terminar con la amenaza de los Lucanos. En respuesta, Roma envía una flota al Golfo de Tarento. Este acto es considerado por los tarentinos como la violación de un antiguo tratado que prohibe la presencia de la flota romana en aguas de Tarento. Enfurecidos por lo que consideran un acto hostil, Tarento ataca la flota, hundiendo cuatro barcos y capturando uno más. Roma envía una delegación diplomática a pedir compensaciones por lo ocurrido, pero las conversaciones fracasan, desembocando en una declaración de guerra contra Tarento. Los tarentinos, conscientes de su inferioridad militar ante el inminente ataque romano, solicitan la ayuda de Pirro de Epiro, quien deseoso de construir un gran imperio emulando a Alejandro el Grande, considera la situación como un buen principio para sus planes, y acepta asistir a los tarentinos.

PIRRO II, rey de Epiro, vence a los romanos en Heraclea perdiendo a un gran número de sus hombres.


En el año 281 aC., PIRRO II, rey de Epiro, acude a la llamada de Tarento que está siendo acosada por los romanos. PIRRO desembarca en Italia con 25.000 soldados y algunos elefantes de guerra. Un ejército romano al mando de Publio Levino parte hacia Tarento y traba batalla con los epirotas cerca de la ciudad de Heraclea. Durante el combate, en el que los elefantes tienen un papel decisivo para la victoria de las fuerzas de Pirro, resultan muertos unos 11.000 romanos, mientras en el bando griego se producen unos 9.000 muertos (Victoria pírrica). Esta primera batalla demuestra la estabilidad de la república romana. Pirro esperaba que las tribus itálicas se unieran a él en su rebelión contra Roma, pero a pesar de la derrota infligida a ésta sólo unos pocos italicos se unieron a los griegos.

Pirro entabla la segunda mayor batalla de la guerra con los romanos en Asculum. Vuelve a vencer.


En 279 aC. PIRRO entabla la segunda mayor batalla de la guerra con los romanos en Asculum. Durante dos días el general romano Publius Decius Mus intenta aprovechar el terreno de las colinas de Apulia para reducir la efectividad de la caballería y los elefantes griegos, pero no consigue detenerlos, dejando sobre el campo 6.000 soldados, por 3.500 bajas del ejército de PIRRO.
Las victorias de éste a costa de tan elevado número de sus propias fuerzas le lleva a decir «otra victoria como esta y estará todo perdido» según relata Plutarco. De ahí la expresión «victoria pírrica».

PIRRO II, rey de Epìro, se enfrenta de nuevo a Roma en Benevento sufriendo una estrepitosa derrota.


PIRRO II, rey de Epìro, se enfrenta de nuevo a Roma en la batalla de Benevento donde sufre una estrepitosa derrota. Entonces regresa al Epi La victoria sobre PIRRO, con el mayor y más capaz ejército griego de la época comparable al de Alejandro el Grande, supone para Roma la eliminación de su principal amenaza; a partir de este momento Roma será reconocida en el Mediterráneo como la principal potencia. Muestra de ello fue la apertura de una embajada permanente en Roma por parte del rey macedonio de Egipto en 273 a C. Para asegurar la dominación romana en el territorio, Roma funda nuevas colonias en el sur. En el norte, la última ciudad etrusca independiente, Volsinii, será destruida en 264 aC. El poder de Roma se extiende ahora por toda la península itálica desde el estrecho de Mesina hasta la frontera con los galos en los Apeninos, a lo largo del río Arno y el Rubicón.