A Carlos VII, rey de Francia, le sucede en el trono su hijo LUIS XI (1461-1483). Este rey, una vez en el trono, continúa la política de consolidación de la monarquía iniciada por su padre, limitando los privilegios de la nobleza, que formará la Liga del Bien Público para defender sus intereses. La reactivación social y económica acompaña a la recuperación política. Durante los años centrales y finales del siglo XV, la fuerza de la economía y la tasa demográfica vuelven a los niveles anteriores a la aparición de la peste. LUIS XI (1461-1483) consolida la autoridad real, que es la mayor conseguida hasta el momento, creando un ejército profesional y consiguiendo poder para aumentar los impuestos -el taille- sin consentimiento superior. Incorpora la mayor parte del ducado de Borgoña a su reino y utiliza los ingresos reales para proteger, facilitar y estimular el desarrollo económico.

La Liga del Bien Público, dirigida por Carlos de Francia, hermano del rey, y CARLOS el Temerario, heredero del ducado de Borgoña, obliga a transigir al rey LUIS XI de Francia, después de la indecisa batalla de Montlhéry que tiene lugar en la fecha.