ALEJANDRO NEVSKI (Príncipe de Nóvgorod)(1236 - 1263)

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Las batallas libradas por Alejandro Nevski (1220-1263) fueron encarnizadas y sangrientas.


Las batallas libradas por Alejandro Nevski (1220-1263) fueron encarnizadas y sangrientas.

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ALEJANDRO NEVSKI, príncipe de Nóvgorod (1236 – 1263)


ALEJANDRO NEVSKI, príncipe de Nóvgorod (1236), de Kiev (1246) y de Vladímir-Súzdal (1252-1263), fue un líder ruso y santo de la Iglesia ortodoxa rusa, hijo del Gran Duque Yaroslav, quien gobernaba en Nóvgorod, y una devota mujer llamada Teodosia. Tendrá que luchar contra los suecos, teutones y tártaros que amenazan Nóvgorod. Las batallas libradas por Alejandro Nevski (1220-1263) fueron encarnizadas y sangrientas. Los artistas las representarán como si sus tropas fueran los ejércitos de los ángeles en combate con los demonios (mongoles), para poner de relieve la nobleza del sacrificio que Alejandro y sus soldados llevaban a cabo, defendiendo con su vida la patria y la religión ortodoxa, en una exaltación de los supremos valores de la civilización rusa.

Esta pieza también aparece en ... RUSIA hasta REPÚBLICA RUSA. (…..… hasta 9/1917)

El príncipe de Nóvgorod Alejandro Nevski vence a los suecos en el Nevá.


En 1240, el príncipe de Nóvgorod Alejandro Nevski vence a los suecos en el Nevá -de donde procede su sobrenombre de Nevski (“Alejandro de Nevá.)

Esta pieza también aparece en ... RUSIA hasta REPÚBLICA RUSA. (…..… hasta 9/1917) • SUECIA

Alejandro Nevski vence a los Caballeros teutónicos en una batalla en el lago Peipus.


En 1242, Alejandro Nevski vence a los Caballeros teutónicos en una batalla sobre la superficie helada del lago Peipus en el confín oriental de Estonia. Alejandro se convierte en el principal interlocutor con los tártaros, con los que mantiene humillantes negociaciones para rebajar el tributo que pagan los rusos. Consigue que los boyardos de Nóvgorod, que han quedado a salvo, acepten negociar con los tártaros para que la ciudad pueda mantener su actividad económica. La dominación tártara, que durará más de dos siglos, arruinará a Rusia, la aislará de la cultura occidental y orientará la totalidad de sus intercambios económicos hacia Oriente dejándola al margen de los vientos de cambio que soplan en Europa occidental. Todo ello, condicionará el curso de la historia rusa desde entonces.