ISLA DE PASCUA

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Los polinesios, establecidos en islas muy próximas a Asia e Indonesia, inician viajes para ocupar islas.


Los polinesios, originariamente establecidos en islas muy próximas a Asia e Indonesia, inician la serie de viajes que les llevará a todas las islas diseminadas por el océano pacífico, alcanzando la máxima expansión de los pueblos prehistóricos en las islas del Pacífico.

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Los polinesios en una hazaña viajera colonizan Hawai y la isla de Pascua.


Los polinesios en una hazaña viajera, en la fecha, ya han colonizado Hawai y la isla de Pascua.

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Se inicia el primer período cultural de la Isla de Pascua estando caracterizado por el culto al Sol.


En el siglo IV de nuestra era se inicia el primer período cultural de la Isla de Pascua estando caracterizado por el culto al Sol. A esta época pertenecen diversos modelos de estatuas pequeñas y medianas que representan figuras humanas talladas en basalto (roca volcánica de gran dureza y color verde o grisáceo). También habían efectuado inscripciones jeroglíficas (rongo-rongo) que luego en el tercer período cultural reprodujeron con fines rituales pero cuyo significado ya no se comprendía en aquellos años y que todavía hoy no se ha descifrado.

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El período medio cultural de la Isla de Pascua tiene lugar a partir de comienzos del siglo XII. A lo largo de 500 años.


El período medio cultural de la Isla de Pascua tiene lugar a partir de comienzos del siglo XII y se extendió a lo largo de unos 500 años. De él provienen los enormes “moai”, que ya no son diversificados sino que responden a un modelo único, de cabeza desproporcionadamente grande (un tercio o más del total), rasgos muy marcados, ausencia de ojos y piernas y trazos apenas esbozados. El material de la mayor parte de los “moai” es también roca volcánica extraída de las paredes internas del cráter del Ranu Raraku. En el interior del volcán se encontraron numerosas estatuas inacabadas. Este hallazgo sugiere una interrupción brusca de la labor de los escultores.

Se inicia la tercera época cultural de la Isla de Pascua que se caracteriza por crueles luchas internas.


La tercera época cultural de la Isla de Pascua se inicia a finales del siglo XVII y se caracteriza por crueles luchas internas que bien pudieran constituir una “guerra de las orejas” Los habitantes de Rapanui han destruido -con fines bélicos o de simple venganza- numerosos restos de las culturas anteriores , y su declinación los llevó a vivir en rústicas chozas de paja o a cobijarse directamente en las múltiples grutas y cavernas de la isla. Su principal artesanía en este período es fabricar puntas de arpón de obsidiana y el arte monumental deja paso a la talla de pequeñas figuras de piedra o madera.

El Domingo de Resurrección (Pascua) de 1722 el vigía de un velero holandés avista la isla de Pascua.


El Domingo de Resurrección (Pascua) de 1722, en una zona del Pacífico Sur alejada de las rutas comerciales, el vigía de un velero holandés a las órdenes del almirante Jakob Roggeveen avista una isla que no figura en las cartas. Roggeveen rodea la nueva tierra sin demasiadas dificultades (Sólo mide unos 150 km2), toma cuidadosamente nota de su situación y de la misma manera que en el caso de Florida dos siglos antes, la bautiza con el nombre de Pascua (“Oster Eiland”). Ha obervado dispersas sobre las rocas, gigantescas estatuas de aspecto poco tranquilizador y conociendo las originales costumbres alimenticias de los habitantes de muchas islas del Pacífico, pone proa a otros lugares, dejando para otros el honor de poner los pies en la extraña tierra.

El virrey del Perú envía una expedición buscando la “Tierra Davis” (la Isla de Pascua).


La segunda ocasión en que los europeos visitan la isla de Pascua no llega hasta 1770, cuando una expedición española bajo el mando de Felipe González de Ahedo arriba a la isla el 15 de noviembre y lleva a cabo el primer mapa cartográfico de la misma, bautizándola como isla de San Carlos en honor al rey Carlos III de España y tomando posesión de la misma para la Corona de España. (La primera ocasión fue el 5 de abril de 1722 cuando se descubrió). Sus exploradores permanecen cuatro días en tierra y contabilizan unos 3.000 nativos, de rasgos raciales muy mezclados. (De 1770 a 1775 se llevarán a cabo cuatro expediciones al Pacífico Sur en tiempo del virrey Manuel Amat i Junyent (1761-1776) en lo que se ha llamado “Obra colonizadora de España en la Polinesia”). En la documentación elaborada por Ahedo, aparecen por primera vez dibujos de los moáis. Posteriormente, la isla será visitada por otros europeos que utilizarán los mapas españoles, entre los que se encuentran James Cook (en 1774) y Jean-François de La Pérouse (en 1786). La isla de Pascua acabará convirtiéndose en un punto de recalada para los marinos que partían de Suramérica en ruta hacia Oceanía.

Los artífices de las estatuas de la isla de Pascua llegan a constituir una especie de casta hereditaria.


Según las tradiciones locales, los artífices de las estatuas llegan a constituir una especie de casta hereditaria muy respetada. Narran que bastaban quince días para modelar uno de estos gigantescos seres (de los que se supone modelaron unos mil). En efecto, contrariamente a lo que se piensa, la toba volcánica es mucho más fácil de trabajar que la madera, y la isla es esencialmente una inmensa colada volcánica. Por otra parte no había árboles en Rapa Nui y los isleños se veían obligados a trabajar la piedra para erigir sus “mohai”, que, al parecer no tratan de reflejar dioses ni ídolos, sino personalidades reales, posiblemente gobernantes, aristocratas o sacerdotes que eran deificados y venerados en efigie después de muertos, inmortalizándolos en piedra volcánica, tal como hacemos nosotros con nuestras propias estatuas. También parece que algunos de ellos querían representar señoras de la época.

Visita a la Isla de Pascua de JAMES COOK, el famoso navegante inglés.


La siguiente visita a la Isla de Pascua, después de la expedición ordenada por el virrey de Perú en 1770, fue la de JAMES COOK, en 1774, el famoso navegante inglés, en el segundo de sus viajes aventureros por los mares del Sur llega a la vista de la isla de Pascua, observa los gigantes de piedra (Estatuas de hasta 10 m de altura y de 20 a 80 toneladas de peso) y decide descender a tierra para echar una ojeada desde más cerca. A él se debe la primera descripción detallada de las famosas estatuas que aún hoy representan para los ciéntíficos de todo el mundo un jeroglífico de difícil solución. El capitán JAMES COOK, sorprendentemente, encuentra la población de la Isla de Pascua reducida a un centenar de hombres y sólo treinta mujeres, que ya no veneran las estatuas de piedra, muchas de las cuales yacen derrumbadas en el suelo.

En la isla de Pascua, todas las estatuas son iguales: una cara con enormes orejas sobre un imponente busto.


En la isla de Pascua, todas las estatuas son iguales: una cara con enormes orejas sobre un imponente busto. Todas parecen obra de un mismo escultor, pero entre unas y otras hay una diferencia de siglos. Surge así la imagen de un lugar inhóspito, una costa rocosa y oscura y una tierra estéril, prácticamente sin vegetación, en las que no crecen más de unas veinte especies de plantas. Cuando COOK desembarca en la isla de Pascua la población está aún en la edad de piedra y no conoce el uso de la rueda. ¿Cómo fue posible transportar los “mohai” de una parte de la isla a otra?. Sigue siendo un misterio.