El nacionalismo flamenco se ha apuntado hoy una victoria cargada de simbolismo al conquistar la alcaldía de Amberes, motor económico de Flandes, en las elecciones locales celebradas en toda Bélgica. Bart de Wever, presidente de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), se ha impuesto por un cómodo margen de diez puntos sobre el actual alcalde, el socialista Patrick Janssens. Los colegios electorales cerraron sus puertas entre la una y las tres de la tarde en todo el país, y no se tardó mucho en constatar que el nacionalismo soberanista iba a afianzar su posición como fuerza política de referencia en el pujante norte de Bélgica. «Lo que hemos hecho hoy es algo histórico, hemos llegado a un punto de no retorno en la historia», celebró De Wever ante sus seguidores, deseoso de resaltar la dimensión de su victoria no sólo en Amberes sino en una larga lista de ciudades y pueblos de Flandes. «Es el mayor avance de un partido desde la Segunda Guerra Mundial», destacó. Eran unas elecciones locales pero su relevancia a escala nacional estaba fuera de toda duda. –
BÉLGICA
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Elecciones municipales en Bélgica
Las elecciones municipales de Bélgica del día de hoy, han vuelto a demostrar que Bélgica es un enfermo terminal. Los resultados de Flandes, la mitad norte del país, de habla flamenca, no tienen nada que ver con los de Valonia, la mitad sur del país, de habla francesa. En Valonia, los socialistas se han impuesto en la mayoría de las ciudades. En Flandes, en cambio, la victoria ha correspondido a los cristianodemócratas y a los nacionalistas flamencos. Es llamativo el triunfo de Bart de Wever, que se convertirá en alcalde de Amberes, la principal ciudad de Flandes. De Wever, líder de la Nueva Alianza Flamenca, lleva tiempo pidiendo la desintegración de Bélgica. Amberes ha sido siempre un feudo de los socialistas, pero De Wever ha ganado con comodidad, gracias a que ha conseguido los votos de su partido y también los de la extrema derecha flamenca, que tiene una gran presencia en Amberes.
De Wever pide ahora un Estado confederal, en una estrategia dirigida a la desaparición total de Bélgica
Bélgica es ya un Estado federal, con un Gobierno central muy débil y casi todo el poder transferido a Flandes y Valonia. De Wever pide ahora un Estado confederal, en una estrategia dirigida a la desaparición total de Bélgica sin necesidad siquiera de hacer un referéndum de autodeterminación al estilo escocés, simplemente vaciando de poderes al Estado central. El problema gordo lo plantea Bruselas. La capital belga está en territorio flamenco, pero la mayoría de sus habitantes hablan francés. Por supuesto, ni Flandes ni Valonia quieren renunciar a Bruselas. Esa indefinición sobre qué hacer con Bruselas es ahora lo único que impide el estallido de Bélgica.