Oscar Ribas, jefe de Gobierno de Andorra dimite el 25 de noviembre tras haber perdido el apoyo de las formaciones que secundan su gabinete, en razón de los desacuerdos surgidos en la elaboración de los presupuestos generales del Estado.

La política local de Andorra está dominada por dos partidos: la Uniò Liberal (UL) y el Agrupament Nacional Democràtic (AND). El 7 de diciembre de 1994 el diputado del Grupo Uniò Liberal, Marc Forné, es elegido nuevo jefe de Gobierno tras vencer en la votación, en el Consejo General de los Valles de Andorra, con 15 votos a favor y 13 abstenciones.

En las elecciones de febrero de 1997, la Uniò Liberal gana 18 de los 28 puestos del Consell General. Su Gobierno queda presidido por Marc Forné Mole.

El Gobierno andorrano aprueba, en la fecha, la Ley de Ordenación Lingüística, cuyo objetivo es garantizar el uso de la lengua oficial, el catalán, en todos los ámbitos de la vida pública, los medios de comunicación y las actividades culturales y deportivas.

El 4 de marzo de 2001 se celebran elecciones parlamentarias en Andorra. Marc Forné, presidente del Gobierno en funciones y del Partido Unión Liberal, revalida su mayoría absoluta en el Consejo General.

La OCDE (Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo) incluye, en abril de 2002, a Andorra en una lista de siete paraísos fiscales con prácticas poco transparentes. Esto puede acarrearle al país sanciones y una consiguiente merma de las inversiones.

Apenas el 2% de la tierra andorrana es cultivable. El cultivo está centrado en la pastura de ovejas y en modestas cantidades de tabaco, centeno, trigo, aceitunas, uvas y papas. La industria se limita al procesamiento de esos productos y, debido a la baja producción del suelo, la mayoría de la comida es importada. El turismo representa el 80% de los ingresos de la economía. Por año se estima en 9 millones las personas que visitan el país, atraídas por las franquicias impositivas del país y por sus balnearios de verano e invierno. El sector bancario, con su estatuto de “paraíso fiscal, contribuye también, de forma sustantiva, a la economía. Numerosos inmigrantes, tanto legales como ilegales, llegan atraídos por la prosperidad económica del país.

En julio de 2004, el gobierno de Forné se muestra tajante en sus apreciaciones acerca del debate financiero y fiscal en el país. Su administración se expresa dispuesta a ceder ante la UE y gravar fiscalmente el ahorro de forma gradual, pero “en condiciones favorables”. Los gravámenes empezarán con un 15% y se incrementarán con los años hasta alcanzar el 25%, dentro de una fórmula semejante a la pactada por Austria, Bélgica y Luxemburgo. A cambio, Forné reclama contrapartidas: “No podemos aceptar estas condiciones y, además, que se nos continúe considerando un paraíso fiscal, porque no lo somos. Quizá tenemos esta consideración por una docena de deportistas que están en Andorra”. Y agrega: “¿Qué importancia tiene, que una persona que gana mucho dinero en 10 años, lo que dura su vida deportiva, y no quiere pagar impuestos, esté domiciliada en Andorra? Si no está en Andorra, estará en Panamá”. El gobierno sostiene su postura de que la OCDE le quite la etiqueta de paraíso fiscal, injustamente impuesta, a juicio de Forné, quien afirma que existen “peores patios traseros”. Forné asegura categóricamente que Andorra levantará el secreto bancario.