En Nigeria, la muerte, en la fecha, inesperada y en turbias circunstancias de Sani Abacha, oficialmente de un ataque cardiaco, precipitó los acontecimientos. Su sucesor, el general Abdusalami Abubakar, ha sorprendido al mundo al liberar a los principales presos políticos y anunciar su intención de poner en marcha una auténtica transición para ceder el poder a un gobierno salido de las urnas.

Actualmente la situación es tal que Nigeria, una de las mayores productoras de crudo del mundo, se ve obligada a recurrir a la importación de combustible, una situación realmente embarazosa. Si a ello se le añade que la educación y la infraestructura de transportes se están derrumbando y el nivel de vida no ha dejado de decaer en los últimos 20 años, la misión del nuevo presidente se revela casi imposible..

En Nigeria, el 5 de diciembre pasado se celebraron elecciones municipales, el 9 de enero regionales, y el 20 de febrero el país elige a sus representantes en el Senado y la Asamblea nacional. Estos tres comicios se saldaron  con una importante victoria de la formación de Olusegun Obasanjo. En estos comicios sólo han participado tres formaciones políticas, ya que el régimen militar quería evitar a toda costa que los partidos en liza tuvieran carácter regional, léase étnico, en un país de extrema complejidad en ese sentido.

Después de quince años de poder militar, Nigeria recupera sus instituciones y unos cuarenta millones de electores eligen presidente en las urnas. Los aspirantes son dos pesos pesados: el general retirado y ex presidente Olusegun Obasanjo, que concurre a las elecciones bajo las siglas del Partido Democrático Popular (PDP, de centro izquierda) y es el favorito, y el ex ministro de Finanzas Olu Falae, respaldado por una alianza entre las otras dos formaciones en liza: el Partido de Todos los Pueblos (PTP) y la liberal Alianza Democrática (AD). El artífice del inicio de la resurrección democrática de este gigante africano es el general Abdusalami Abubakar, quien, al igual que hizo Obasanjo durante su mandato, ha decidido devolver el poder a la sociedad civil.

El general Olusegun Obasanjo es designado, en la fecha, presidente electo de Nigeria veinte años después de dejar el poder para dar paso a un gobierno elegido en las urnas. Hemos establecido el escenario para la entronización de un genuino orden democrático en Nigeria, declaró el presidente de la Comisión Electoral, Ephraim Akpata. Obasanjo, de 61 años, debe tomará posesión de su cargo el próximo 29 de mayo, fecha en la que el general Abubakar ha prometido cesar. Todo ello apenas un año después de la repentina muerte del dictador Sani Abacha, cuya desaparición abrió el camino al último intento democratizador de Nigeria. Las elecciones no son el fin de la democracia. La democracia es un proceso. Las elecciones son sólo un importante evento en el proceso y la democracia seguirá adelante bajo mi dirección, declaró Obasanjo a la prensa en Abuja, mientras agradecía el apoyo de los nigerianos.

El tribunal islámico de apelación de Sokoto (Nigeria) suspende la condena a lapidación por adulterio contra Safiya Hussain tras la campaña internacional desarrollada por Amnistía Internacional para salvar la vida de la mujer.

El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, acaba por retirar el privilegio a Charles Taylor, presidente huido de Liberia y acepta entregarlo el 25 de marzo. El último intento de fuga de Taylor le llevará a la frontera de Camerún, donde será detenido y entregado al Tribunal Especial de Sierra Leona, con sede en Freetown.

Más de 260 personas han muerto y varios centenares más han resultado heridas heridas al estallar, en la fecha, un conducto de combustible en un barrio de Lagos, la capital financiera de Nigeria, según la Cruz Roja. La explosión se ha producido al perforar unos jóvenes el oleoducto para robar crudo. Nigeria es el primer productor africano de petróleo, pero dos terceras partes de la población viven por debajo del umbral de la pobreza. Además, estos días se vive una fuerte escasez de combustibles, lo que propicia los robos de este tipo para aprovecharse de la diferencia de precio de la gasolina en el mercado negro con respecto al legal. Este tipo de accidentes en oleoductos ha dejado en los últimos ocho años casi dos mil muertos en Nigeria. Nigeria, que produce una media de 2,6 millones de barriles diarios, ha sufrido cerca de 2.500 actos de vandalismo contra oleoductos en estos últimos años, cuantificándose en más de 650.000 toneladas el volumen de petróleo robado en el 2005 por este tipo de actos.

En la fecha, Umaru Yar’Adua llega a la presidencia de Nigeria (2007- 2010). Se ha forjado fama de hombre honrado durante los ocho años, de 1999 al 2007, en los que ha sido gobernador del Estado de Katsina, en el norte de Nigeria, la zona musulmana del país. Esta honradez ha sido uno de los motivos por el que su predecesor en la Presidencia, Olesegun Obasanjo, le haya apoyado en su candidatura a la Jefatura del Estado por la formación Partido Democrático Popular (PDP). Uno de sus grandes objetivos será pacificar el Delta del Níger (sur del país cristiano y animista). Para ello ofrecerá una amnistía a los rebeldes de la rica región petrolera, en conflicto con las compañías extractoras. A ella se acogerán muchos insurgentes que entregarán sus armas y pondrán fin a los sabotajes. La violencia en el área, paradójicamente la más pobre de Nigeria y la mayor exportadora del mundo de petróleo, se reducirá pero el MEND volverá a la violencia al considerar que las reformas no se aplican o se hace parcialmente. Durante su mandato, la Administración de Nigeria se planteará un programa de siete puntos para enfrentarse a los problemas de infraestructuras y seguridad alimentaria.

En la población nigeriana de Jos, un grupo de hombres armados con armas de fuego y machetes acaba con la vida de centenares de personas –entre los 300 y los 500 fallecidos– en un nuevo episodio del conflicto étnico-religioso, aunque de raíces político-económicas, que azota la región. Entre las tres y las seis de la mañana, varios fulanis (etnia musulmana del norte de Nigeria) han atacado tres suburbios cristianos. Niños y mujeres han sido asesinados a machetazos y decenas de casas destruidas o quemadas. Los ataques se producen apenas un mes y medio después de los enfrentamientos entre zonas cristianas y musulmanas de Jos, que se saldaron entonces con 326 muertos. La brutalidad del ataque del domingo apunta auna represalia por los choques de principio de año. Apesar de que es ecesario situar la religión en el contexto del conflicto, con el norte de Nigeria musulmán y el sur principalmente cristiano (de hecho, laciudad de Jos, capital del estado de Plateau, está divida en áreas musulmanas o cristianas), lo ocurrido no es una batalla entre religiones. O no únicamente. Las divisiones étnicas, políticas y económicas anidan en las raíces del conflicto.