La crisis ocasionada por la Gran Depresión de 1929 deriva en la quiebra de varios bancos, que perjudica a la gente trabajadora, la cual tiene sus ahorros invertidos allí, y termina perdiendo el esfuerzo de toda una vida. La inestabilidad económica motiva la desconfianza en las entidades financieras, que no ofrecen ninguna solvencia. Esta situación que afecta mundialmente a todas las naciones favorece el surgimiento de gangsters y bandoleros en los Estados Unidos. El entorno social de rencor y desconfianza provoca la animadversión hacia los banqueros, por lo cual la gente traslada su odio y molestia, reflejándolos en la satisfacción que sienten por los ladrones de bancos, como John Dillinger. Con el paso de los años sobrevivirá el mito de Dillinger como rebelde vengador. Su muerte tan joven (apenas 31 años), sus sonadas fugas, su estampa viril, su agreste atractivo sexual y su aparente e idealizada limpieza delictiva —al permitirse pocas muertes—, le servirán para ganarse un lugar destacado en la cultura popular.

El 29 de febrero de 1960 mientras está en su casa de Florence, Carolina del Sur, Melvin Purvis, agente del FBI, muere por un disparo accidental en la cabeza con la pistola que le dieron sus compañeros cuando dejó el FBI. La anécdota de que el arma que mató a Purvis fue la misma con la que este abatió a Dillinger es cuestionable. El FBI investigó el asunto, declarándolo como suicidio, sin embargo el forense oficial comentó que no encontró pruebas suficientes para clasificarlo como tal. Más tarde se determinó que Purvis pudo haber disparado el arma accidentalmente mientras trataba de sacar una bala atascada en su pistola. Tenía 56 años. Purvis era famoso por haber desencadenado una cacería en todo el país, con la cual logró atrapar a bandidos como Bay Face Nelson»Baby Face» Nelson, (Cara de bebé Nelson) y Pretty Boy Floyd (Chico bonito Floyd). Sin embargo su captura más notoria fue la del famoso ladrón de bancos John Dillinger que fue abatido el 22 de julio de 1934.