La primera idea de cruzada infantil se atribuye a un joven pastor – Etienne- del pueblo de Cloies, en las cercanías de Vendôme (Francia).

La primera idea de cruzada infantil se atribuye a un joven pastor – Etienne- del pueblo de Cloies, en las cercanías de Vendôme (Francia). Según la historia que se le atribuye Etienne al regresar, tras haber abandonado su rebaño para seguir a una procesión, ve volver hacia él los animales que hasta entonces habían estado dispersos, los cuales se arrodillan piadosamente ante su presencia. Además, se le aparece Jesús bajo la figura de un peregrino. A partir de estos hechos, da comienzo su andadura que le lleva por pueblos y ciudades del país. Alrededor de él se van uniendo más y más niños y niñas -se habla de treinta mil-, algunos de ellos rodeados también de prodigios semejantes. Todos estos niños van avanzando hasta llegar a Marsella donde dos armadores se proponen transportarlos a Tierra Santa. Zarpan siete grandes navíos. Dos se hundirán con sus pasajeros que desaparecerán en medio del oleaje. Las otras cinco naves llegarán a Alejandría, donde su cargamento, es decir, los niños serán entregados a mercaderes quienes a su vez los venderán a los jefes sarracenos. A partir de ahí las crónicas no explican sino que los niños serán criados como sirvientes. El rastro de Etienne desaparece en el propio 1212.