El imperio de los kushana en la India septentrional alcanza su mayor extensión bajo el reinado de Kanishka (144-168). Las fechas de su reinado son controvertidas. El imperio kushana no está muy centralizado y el rey gobierna mediante una multitud de virreyes. Los gobernantes kushanas utilizan una ecléctica gama de títulos. La cultura kushana es igual de ecléctica, combiando los estilos helenístico, indio y del Asia central. Los gobernantes son tolerantes en cuestiones religiosas. La mayoría de los primeros reyes han sido budistas y los últimos serán hinduistas, pero todos muestran respeto por un amplio abanico de deidades persas, griegas y hasta romanas. El imperio es rico y próspero gracias al control comercial de sus rutas. Se acuñan monedas de oro de muy alta calidad fundiendo las monedas romanas que entran a raudales en el imperio para pagar objetos de lujo como la seda china.
