AGUSTÍN lee «Hortensio” de Cicerón que le impulsa a transitar una senda de búsqueda espiritual.


AGUSTÍN, nacido en 354, durante la primera fase de su vida es un personaje que se sumerge profundamente en el estudio. En la fecha, lee «Hortensio” de Cicerón que le impulsa a transitar una senda de búsqueda espiritual que le lleva primero, a adoptar posturas racionalistas y, posteriormente, maniqueas. Del maniqueismo le atraen el racionalismo, del que presumen sus adeptos; su insistencia en un cristianismo espiritual que excluye el Antiguo Testamento y su pretensión de poder dar una explicación al problema del mal. El entusiasmo de AGUSTÍN por el maniqueismo es breve y, desde luego, se colapsa tras su encuentro con el obispo maniqueo Fausto. Cae entonces en el escepticismo, aunque tal situación la vive con tan profunda angustia que no dura mucho tiempo.